La decisión de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de quitarle validez procesal a los correos hallados en los computadores de Raúl Reyes, no podía llegar en mejor momento.
Ocurre precisamente cuando en Londres un centro de investigaciones lanza un libro en el que se publica un análisis de los correos y que lleva prendido un CD con la totalidad de los documentos que, se dicen, fueron hallados en los computadores de Reyes.
El argumento de la Corte dice que esos documentos no pueden ser piezas válidas de un proceso judicial porque fueron obtenidos mediante una acción ilícita, es decir durante la incursión colombiana en Angostura. Además, porque la cadena de custodia había sido violada
Lo cierto es que la resolución llega precisamente cuando en el Gobierno de Colombia hay la decisión de cuidar las relaciones con los gobiernos de los países vecinos a cualquier precio. Esos correos, sin duda, hubieran sido un dolor de cabeza para Juan Manuel Santos, antes arquitecto de la incursión de Angostura y ahora apóstol de la reconciliación regional.
La decisión es tan oportuna como lo fue a su debido tiempo la que tomó aquel juez de Sucumbíos que decidió ya no enjuiciar a Juan Manuel Santos cuando, cochina coincidencia, el restablecimiento de relaciones con Colombia era prioridad de Estado.
Ya llegarán, sin embargo, los aguafiestas. Los periodistas y críticos que decidan meter las narices para ver si aquello que se dice tiene coincidencias con la realidad.
Siempre hay aguafiestas.