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Poco importa que nuestro Presidente fuese el hombre más saludable del planeta; en la realidad de todos los seres humanos – incluso aquellos con apariencia más invulnerable – la muerte es una eventualidad tan probable que siempre se debe considerar la posibilidad de que quien ocupe la Vicepresidencia ascienda a la Presidencia.
Abierta y frontalmente apoyé al Gobierno cuando decidió dar asilo a Julián Assange. Escribí un artículo en este Diario que fue tremendamente controversial. Todavía considero que había fundamentos suficientes para concederlo, y no me arrepiento de mi postura inicial.
En el circo surreal, caótico y alucinante de la Revolución Ciudadana, es difícil encontrar hechos – incluso minúsculos – que no sean extrañas paradojas y contrasentidos en sí mismos. Tomemos el ejemplo de la condecoración de la Orden Nacional “Al Mérito” en el grado de Gran Cruz al titular del Consejo Nacional Electoral, Juan Pablo Pozo. Dicho galardón fue otorgado por su “valentía y firmeza al hacer respetar la voluntad popular en las urnas.”
No estoy seguro que el mejor adjetivo sea magistral. Se trata de un evento tan incomprensible de autolesión que parece plausible que sea parte de un ingenioso e intrincado plan. O bien es una obra magistral de manipulación, o bien es una de las mayores torpezas políticas que veremos en nuestras vidas. Se trata de la postura española frente al referéndum catalán. Y, tomando en cuenta que el responsable de esto es Rajoy, lo más probable es que estemos frente a ese segundo escenario.
Seamos francotes. Si bien no hay evidencias que los ecuatorianos seamos más feos que los de otros países, si es palmariamente claro que en este país no nos ocupamos de debates serios y profundos. La Asamblea es un ring de confrontación estéril, no un foro de intercambio de ideas. Peor, la Asamblea Constituyente fue una farsa. Los procesos electivos no aseguraron representatividad suficiente de los diferentes actores nacionales, y los debates fueron una mera y pobre pantalla (los textos aprobados eran misteriosamente cambiados).
¡Cuántas veces he escuchado los lastimeros deseos de que Quito se asemeje – aunque sea remotamente – a Nueva York o París! Sufrimos en nuestro subdesarrollo pensando que jamás nuestras urbes llegarán a brindarnos la riqueza de oferta cultural de las ciudades vanguardistas. Ay que dolor que no tengamos un Guggenheim, un MOMA, un Centre Pompidou…
Se viene la película de Hollywood. Pero esta vez la recurrente frase “la realidad supera la ficción” se queda corta para describir lo ocurrido. Es tan importante aquello que está en juego, al tiempo que mezclado con enormes mentiras, tapaderas y vericuetos, que difícilmente un largometraje podrá recogerlo todo en su justa medida.
Quién sabe si este será un sobrenombre que quede para la posteridad; tal vez las generaciones futuras así terminen denominando el conflicto norcoreano-americano. Empezó como una simple burla por parte de comediantes estadounidenses a los peinados tanto de su presidente como del líder norcoreano. Pero con el tiempo se ha vuelto una brillante forma de nombrar el conflicto al tiempo que evoca las deficientes capacidades de los antagonistas.
jguarderas@elcomercio.org
Un ramo de flores y una hoja de papel sin remitente llegó a la casa de la madre del escritor y abogado Juan Esteban Guarderas.
Yo empezaba mi adolescencia cuando Bucaram fue presidente de la República. A pesar de mi imberbe madurez fue allí cuando logré entender lo que significa ser un fanático.
Mucho se ha especulado sobre el futuro desempeño de Trump. Para evitar cualquier duda, se ha empecinado en escoger lo peor para cada una de las carteras. El candidato a Secretario del Tesoro (Ministro de Finanzas), Steven Mnuchin, estuvo a cargo de un banco famoso por sus agresivas políticas para desahuciar a gente de sus hogares durante la crisis financiera del 2008 (la revista Político reportó que se desahució a una anciana de 90 años por una deuda impaga de 27 centavos).
El rasgo principal de la ideología de Nixon no eran los postulados de la derecha - la potenciación del capital como motor clave del ingreso nacional, el desmantelamiento de mecanismos de redistribución de riqueza y la liberalización del sector financiero se dieron después, con Reagan, en los años ochenta -; la clave para entender el 90% de las políticas de Nixon es que para él el poder era un fin en sí mismo. Trabajaba con una espiral nefasta, sus obras tenían por objeto no el incremento del bienestar sino la generación de votos y nuevos apoyos políticos, los que a su vez le daban más poder en nuevos Estados, lo que a su vez era una palanca para la búsqueda de más votos.
¿Qué es lo que más nos perturba de Trump? La pregunta me parece válida porque hay escándalos para hacerse ñato. Este personaje propone construir un muro en la frontera sur para controlar los flujos de personas; sin embargo, él mismo empleó inmigrantes ilegales poloneses para construir su célebre torre en Manhattan. Este paladín pontifica contra las empresas americanas que deslocalizan su producción fuera de EE.UU. y promete ejemplares sanciones; pero Trump fabrica sus corbatas, sweaters y demás prendas de su línea en China. Vende la idea que es un fabuloso creador de riqueza, que trasladará esa brillantez a la economía estadounidense; no obstante, su carrera arrancó con una ayuda financiera que a valor presente equivaldría a USD 31 millones de su padre (quien además lo ayudó con contactos, proveedores, apoyo logístico, etc). Ha orquestado su campaña entera sobre su imagen de empresario modelo; desvergonzadamente, puesto que ha quebrado múltiples veces y sus empresas han sido objeto de
Para variar otro escándalo de una gran corporación financiera internacional. Todo parecía un poco extraño, eran ya meses – todavía no llegábamos al año – desde el último gran motivo de indignación; no podían dejarnos tranquilos mucho tiempo más. En todo caso, tengamos la seguridad de que se esforzarán por darnos úlceras de manera regular. Y, como en el horizonte no se ve un cambio sustancial en las dinámicas de la industria, este ritmo podrá mantenerse por un buen tiempo.
A mi me demoró bastante tiempo entender la famosa parábola del hijo pródigo. ¡Es tan sabroso el rencor! Además el perdón tiene un cierto aire de injusticia; en nuestros corazones humanos nos gustaría castigar y castigar sin fin. Por eso siempre me impresionó la madurez e inteligencia de esa parábola. Pues propongo que esa sea la lectura de cabecera de los ecuatorianos en estos próximos meses.
Recordar las calamidades ajenas – como las del Brexit - como un método antidepresivo puede ser tentador y potencialmente satisfactorio a corto plazo. Obviamente no logra curar las patologías propias, en el mejor de los casos transmitirá un dulce sentimiento al electorado ecuatoriano de saber que no somos – ni remotamente – los únicos que han sido engañados con un discurso populista. Puede ser reconfortante pero no es el ejercicio que propongo. Gran Bretaña está ahora sumida en una espiral descendente mucho más agresiva y rápida que lo predicho por los analistas. El electorado inglés ya se lamenta de su decisión (“Voté por el Brexit, pero ahora me arrepiento del terrible caos que desencadené”, escribe la prestigiosa abogada Ayesha Vardag, en un sentido mea culpa publicado en el diario The Telegraph).
La libertad es uno de los bienes más preciados – sino el más – del hombre; de acuerdo. Por naturaleza, absolutamente toda norma constriñe este bien; de acuerdo. Hasta por aquí llegan las similitudes entre la ideología libertaria y la izquierda.
El vendaval económico y político en el cual andamos sumidos mantiene la atención enfocada en nuestra pequeña realidad. Podemos tender a no seguir uno de los eventos internacionales más relevantes, el Brexit (la unión de las palabras ‘Britain’ y ‘exit’, aludiendo en inglés a la salida de Inglaterra de la Unión Europea, UE).
Es difícil escoger cuál es el hecho que demuestra más elocuentemente que nuestra democracia pasa por una crisis histórica. Puede ser cuando el Presidente se declaró jefe de todos los poderes del Estado (incluso del Poder Electoral, lo que es francamente inaceptable), o podría ser el bochornoso escándalo de las enmiendas constitucionales, donde se demostró que el poder no está regulado y limitado por la Constitución, sino que la norma suprema es una especie de plastilina que el oficialismo moldea a su gusto. Difícil escoger. Pero algo es cierto, Correa tiene razón, vivimos un cambio de época, estamos asistiendo al histórico desmantelamiento de nuestra democracia.