Hogaño: El Gran Elector decidió que unas reformas a la Constitución debían efectuarse vía enmiendas sin que sean consultadas al pueblo que aprobó la Carta Magna. Para esta maniobra se contó con la complicidad de los súbditos de la Asamblea Nacional y de la Corte Constitucional. Posteriormente resolvió que en las enmiendas había que incluir una disposición transitoria, y sin chistar ni realizar trámite alguno, los “obsecuentes recaderos” del gobernante obedecieron. ¿Qué busca con estas reformas constitucionales el economista Correa? ¿Impunidad? ¿Inmunidad?
Al país no le faltan problemas entre la baja del precio del petróleo, las amenazas al futuro de las jubilaciones y hasta las enmiendas y la distractiva transitoria.
El pueblo ha puesto en retirada a Correa. Los correístas comienzan a desbandarse despavoridos. La ciudadanía tomó conciencia de lo perjudicial de las “enmiendas”. Su evidente inconstitucionalidad, las razones de los periodistas, la postura de los parlamentarios de oposición, las argumentaciones de los juristas y académicos cuestionaron el plan correísta de cambiar tramposamente la Constitución para acumular más poder autoritario y violentar derechos y garantías.
Cuando se coartan los derechos innatos de los ciudadanos, sin importar su localización geográfica, aunque sí la historia de su país, ni tenga peso su religión o ideología política, la reacción natural es el sentimiento de terror.
El Gobierno ha usado como ejemplo para la re-reelección -que ahora se ha dado en definirse como ‘re-repostulación’- es Alemania.La comparación es un tanto engorrosa. Soberanos como somos -y altivos-, con una Constitución ejemplar y casi única en el mundo en cuanto a la consagración de derechos, hemos sido críticos a las estructuras hegemónicas de los grandes poderes internacionales, tomar como ejemplo a Alemania no resulta del todo aplicable.
Desde la movilización popular del 13 de agosto-2015, cuyo eje nacional fue Quito para reproducirse en provincias de todo el país, queda en evidencia que existe un arrinconamiento del correísmo.
Hace pocos meses, en un artículo de mi autoría, analicé que la indisciplina fiscal genera desórdenes en el campo externo y en el sector financiero. Opera la dolarización en una suerte de billar a tres bandas; es decir, si el gasto público es excesivo se presiona la balanza de pagos, los capitales que salen superan a los que entran, lo que reduce el medio circulante y la liquidez en la economía, situación que alienta la recesión económica y el desempleo. Así de simple es la regla, similar a aquella ilustrada por David Hume y por el mecanismo de ajuste del patrón oro. Si el precio del oro bajaba, la cantidad de dinero era menor, mejoraba la balanza de pagos y si había desequilibrio externo inicial el nuevo balance tendía a corregirse.
Las encuestas volvieron a fallar y una diferencia de 10 puntos o más se redujo a cinco o menos, evidenciando que Argentina también es una sociedad polarizada. Sin embargo, hubo tres hechos que hay que destacar respecto al proceso electoral del pasado domingo 22. En ese día, ese país fue diferente a la sociedad de confrontaciones de los últimos meses o años.
La bonanza de los millones de dólares que llegaron por el buen precio del petróleo (más de USD 100 el barril) no se refleja mucho en Francisco de Orellana, más conocida como Coca.
Una de las finalidades del Estado de Derecho fue ponerle límites al poder político, obligarle a sustentar únicamente en la ley sus decisiones, hacer que la autoridad obre siempre bajo preceptos objetivos, estables y no sometidos a interpretaciones ideológicas o coyunturales, crear un entorno en el que las decisiones del poder sean previsibles, generar un mínimo de seguridad y de confianza en las instituciones, y convertir a los procesos en debates sometidos a reglas claras. Todo eso podía lograrse -o, al menos, se habría morigerado la tentación autoritaria que acompaña al ejercicio del poder-, restringiendo la discrecionalidad de la burocracia, y convirtiendo a funcionarios y jueces en ejecutores de la ley. Y no en intérpretes ideológicos de sus textos.
El terror es el arma de los débiles y los desesperados. El terrorista es un sectario que se arroga la prerrogativa de matar en nombre de una idea que la considera superior; un victimario que, a su vez, afirma la voluntad de convertirse en víctima. Su victoria: triunfar sobre el miedo, imponer el pánico; su gloria: la autoinmolación. Al igual que ciertas guerras que se inician con escaramuzas y acaban en hecatombes, el terrorista conoce dónde y a qué hora empieza su aventura asesina pero jamás sabrá cómo y cuándo terminará. La exigencia de más terror lo acosará siempre, pues nunca dejará de haber una razón para no abandonarlo.
Argentina tiene nuevo presidente. Aunque al inicio de la campaña electoral las encuestas daban como seguro triunfador a Daniel Scioli, del partido peronista Frente para la Victoria, Mauricio Macri ha hecho posible lo imposible.
Enmis décadas de vida, dos fines de año fueron de mucha angustia para la economía y las familias ecuatorianas. Uno, el del cierre de 1998, cuando se sentía la precipitación de la crisis, y el de 1999, posquiebra de una parte del sector financiero, con un proceso acelerado de devaluación y una inflación creciente. La dolarización –aun cuando haya significado “afectación” a la soberanía monetaria- fue generando expectativas positivas desde el 2001.
Finalmente, Mauricio Macri se impuso en las elecciones del domingo pasado y será quien dirija el destino de Argentina por los próximos 4 años.
Lacincuentena es la edad en que se equilibra la energía con la experiencia, y se llega a las posiciones de mayor responsabilidad. También es cuando la jubilación aparece en el horizonte, a darse en algún momento de la sesentena. Surge la preocupación de si alcanzará la pensión jubilar complementada por los ahorros.
Más allá de cuanto se lee y se oye respecto del hoy exacerbado nacionalismo catalán, de ese desolador deseo de partir, de partirse, de dividirse en dos o en tres o en cinco, por mostrar ‘yo soy distinto’, ‘yo soy más’, ‘yo soy Europa, ustedes África’, como si África no hubiera contribuido con su riqueza, su dolor y sus muertos, a que Europa sea lo que es…, como si América, en fin…, pero ‘más allá de cuanto se lee’, decíamos, vayamos a un artículo de Santiago Roncagliolo, escritor que un día recaló desde su original niebla limeña, en la universal y cosmopolita Barcelona.
Christian Jelen, en ‘La ceguera voluntaria’, basándose en testimonios coincidentes obtenidos en diversas fuentes, luego de probar que los socialistas franceses conocieron desde el principio las características totalitarias del sistema bolchevique -“policial, terrorista, asesino, guerrero, enemigo de todas las libertades, reaccionario y avasallador”-, se interrogaba sobre las razones que tuvieron para impulsar un proceso de ocultamiento, deformación y mitificación. Esa actitud “se debió a la angustia y a la voluntad de huida ante la insoportable idea de que el socialismo podía propagar la muerte. Durante más de cincuenta años, los más ilustres intelectuales han dado prueba de una formidable capacidad de olvido…”.
Las crisis económicas empujan a la alternancia de los gobiernos de izquierda o derecha. Mas, en la Argentina la elección de Mauricio Macri rompe el mito de la inexorabilidad del peronismo e implica un objetivo superior: la imperativa compatibilidad entre continuar con lo bueno que se ha hecho en lo social con los ajustes necesarios a un programa económico desequilibrante.
Ver a los ministros del Régimen reciclarse en una o más Carteras de Estado se volvió parte del paisaje. Tanto así que los últimos retoques al Gabinete han dejado de suscitar interés político.
Uno de los principios que la Revolución Ciudadana pregonaba con insistencia antes y durante su gobierno –no sé si aún lo hace- era el de la ciudadanía universal. Ecuador no ponía límites a que ciudadanos de otros países accedieran a nuestro territorio. No eran necesarias visas ni autorizaciones para visitar el Ecuador. Todo ser humano era bienvenido, éramos un país abierto.