Reciclados y reelegidos

Ver a los ministros del Régimen reciclarse en una o más Carteras de Estado se volvió parte del paisaje. Tanto así que los últimos retoques al Gabinete han dejado de suscitar interés político.

Las crisis ministeriales suelen ser una oportunidad para armar acuerdos y garantizar
gobernabilidad. También, pueden impulsar aires de renovación y transparencia en el Ejecutivo, para dar nuevos bríos a su gestión; más aún cuando se gobierna nueve años.

Pero los retoques del último mes no reflejan ese afán por remozar la administración pública. Por el contrario, conforme pasan los meses, el Gobierno se vuelve cada vez más Alvarado-dependiente. El Presidente puso a Vinicio, su hombre fuerte, a negociar con los empresarios los acuerdos productivos, para esquivar el embate de la desaceleración ­económica y alentar la inversión.

A su vez, acaba de nombrar a Fernando Alvarado ministro de Turismo, un área de mucho entusiasmo para su hermano. Y a Comunicación regresa Patricio Barriga, persona que trabajó de cerca con los Alvarado. El gatopardismo del Gobierno quedó en evidencia: cambiar todo para que nada cambie.

Es verdad que el Presidente tiene la potestad de nombrar, remover y rotar a su equipo ministerial. Pero la falta de control político por parte de la Asamblea Nacional, de color verde flex, ha impedido a los ecuatorianos contar con una evaluación sería de estos ‘indispensables’, que han tenido mucho poder político y recursos económicos por cinco, seis, ocho y quizás 10 años consecutivos.

Una gran deuda del correísmo es su apatía porque estos personajes de libre remoción rindan cuentas (lo que ha habido es propaganda pura y dura). Por lo tanto, ¿qué va a pasar cuando la enmienda de la reelección indefinida se apruebe? ¿Con o sin Correa también se ‘reelegirán’ los mismos ministros? ¿El Estado (nosotros) seguirá pagando sus sueldos? ¿Se animarán, por lo menos, a rendir cuentas alguna vez? Preguntas fundamentales para Lenín Moreno si es que,
por ejemplo, se anima a ser el sucesor.

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