Hatun Yanuna: Las galletas se planchan con papel de cera al salir del horno para que queden sujetas el árbol. Se hacen con especias como canela, jengibre y clavo de olor. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO
Adornos, vajilla y cubiertos quedan relegados ahora en la mesa de Nochebuena, pues la gastronomía toma cada vez más fuerza y se apodera de la decoración.
Desde sencillas galletas decoradas, hasta árboles de Navidad elaborados con comida, dos chefs de repostería dan consejos para decorar de forma comestible en casa.
Gina Espinosa, instructora de pastelería y panadería de Hatun Yanuna, explica que la tendencia de usar elementos decorativos comestibles se ha popularizado desde hace dos años. Lo que inició con trufas o macarrones, ahora se encuentra con ingredientes más accesibles, dice Espinosa.
Los pasteles funcionan como centro de mesa y son un lienzo en blanco para la decoración con fondant, gelatina o ‘frosting’ navideños. Con la gelatina, Espinosa crea una bola de cristal falsa con la que se encapsula cualquier alimento o decoración.
Romina Rueda, profesora de panadería y pastelería del Culinary Trainer School, explica que el uso de crema otorga mayor facilidad para la decoración de los pasteles.
Para crear un reno, dice, se utiliza la técnica de goteo o ‘drip cake’, que consiste en un glaseado que chorrea por la torta, especialmente en pasteles altos. Encima se añaden las decoraciones con motivos navideños, como los ojos o nariz de reno con ‘frosting’ elaborado con mantequilla, azúcar impalpable y chocolate blanco.
La clave, dice Rueda, está en alisar el glaseado antes de poner las decoraciones, por lo que recomienda utilizar espátulas y una mesa giratoria.
Las galletas o suspiros son clave para la elaboración de árboles navideños. Espinosa explica que, en el caso de las galletas, únicamente es necesario un juego de moldes de diferentes tamaños, lo que permitirá colocar las más grandes de base y seguir subiendo dependiendo del tamaño. Espinosa resalta que estos son incluso regalos rápidos y de bajo costo que pueden hacerse en casa.
Cada capa de galletas se une con glaseado y se alternan las puntas para dar la forma de árbol. El glaseado y chicles dan un toque de nieve y bombillos respectivamente. Esta decoración permite incluso que los niños ayuden en la preparación de la comida navideña.
Al igual que las galletas, los suspiros son otra forma de convertir la comida en árbol de Navidad. En ese caso, sugiere Espinosa, se utiliza un cono de cartulina envuelto en papel aluminio como base. Los suspiros se pegan con glaseado y se los puede alternar con diferentes formas o tamaños para dar más textura al árbol.
Un toque singular en la mesa es el pan de Navidad. En masa brioche es posible dar forma de Papá Noel, renos, árboles e incluso nacimientos. Espinosa sugiere colorante comestible, rellenar con chocolate e incluso combinar el pan con galleta para dar diferentes texturas.
El amasado y el diseño también pueden hacerse junto con los más pequeños del hogar. Las galletas, incluso, funcionan como membretes comestibles para señalar con nombres los puestos de los invitados, para sí dar un toque dulce a las conversaciones en torno al árbol navideño familiar.