El café ecuatoriano tiene a su tricampeón

Diego Mejía representará a Ecuador en el World Barista Championship qen Ámsterdam, Holanda, en junio del 2018. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Diego Mejía representará a Ecuador en el World Barista Championship qen Ámsterdam, Holanda, en junio del 2018. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Diego Mejía representará a Ecuador en el World Barista Championship qen Ámsterdam, Holanda, en junio del 2018. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

El V Campeonato Nacional de Barismo coronó a Diego Mejía como ganador, en el marco de la Cumbre Mundial del Cacao, que se llevó a cabo en Guayaquil el 1 de septiembre. El evento -avalado por World Coffee Events- abre un puesto para Mejía en el World Barista Championship que se reali­zará en Ámsterdam, Holanda, en junio del 2018.

Tras una serie de rondas de calificación previa, quedaron 12 finalistas en concurso y, por tercera ocasión, Mejía alcanzó el primer lugar del podio. Él dice que no solo se debió a su empeño en conocer el café con el que trabaja, sino a ayudar a mejorar la calidad del mismo.

Mejía estudió Gastronomía pero hace tres años, por accidente, empezó a especializarse en el café. Mientras buscaba un local para su negocio propio, vio una oferta de cursos de barismo en la cafetería Isveglio. “Entré por curioso”, dice Mejía, pero después del curso se quedó trabajando en la cafetería durante dos años.

Allí nació su amor por el café y, desde entonces, señala que su formación ha continuado de manera autodidacta. “Me gustó la parte experimental del café y la investigación”. Su afición no solo está en la taza, sino en el proceso de producción y cosecha del grano. Para ello, trabaja junto con los productores de café de Hacienda La Papaya, en Saraguro (Loja).

El productor de esta hacienda, Juan Peña, y Mejía han trabajado juntos en investigación y desarrollo de cafés para mejorar su calidad. Estos granos formaron parte de las recetas de Mejía presentadas en el Campeonato Nacional, y serán los que lo acompañen a Ámsterdam.

Para Mejía, usar café ecuatoriano es una ventaja comparativa, no solo para su presentación, sino para el país, pues se convierte en un embajador de la producción local. “Nadie lleva café ecuatoriano, al ser el único en vitrina, demostramos que acá hay algo bueno”.

El encuentro reúne a más de 60 países y este espacio se convierte en un escaparate que -según Mejía- ayuda a “abrir mercado y a llamar la atención de la industria”.

Para su presentación en Guayaquil trabajó con tres granos para cada bebida: expreso, bebida con leche y bebida de autor. Para la primera utilizó con un café cosechado a ­
2 100 msnm, al que describe como una mezcla de variedades de café con tonalidades de rosas silvestres, cereza, uva verde y toronja.

Para la bebida con leche usó un café de secado natural, que se refiere al secado del grano cuando todavía está dentro de la fruta. Este grano da al café un sabor con tonos de pistacho y macadamia.

En la de autor, trabajó con café typica, producido entre 1 900 y 2 000 msnm que ofrece un sabor a rosas, cítricos y moras. En esta bebida elaboró un expreso con reducción de mortiño y espuma de rosas.

Esta será la tercera ocasión que Mejía represente a Ecuador internacionalmente. Lo ­hizo el 2015 en EE.UU. y el 2016 en Irlanda, en el mismo campeonato. Tras estas experiencias, Mejía reconoce que ha aprendido la importancia del ­res­peto al producto. “El café no es sencillo, es muy di­fícil transmitir en la bebida lo que tiene (el grano) en sus procesos”.

Mientras se alista para Holanda, Mejía trabaja en un proyecto de cafetería en Cuenca para promover los granos que ha desarrollado, para que el consumidor pueda tener acceso directo y a precios asequibles. Las competencias no son su objetivo principal, sino que busca mover la cultura de café de calidad ecuatoriano en su propio país.