Las tesis analíticas sobre el populismo son tan variadas como los propios movimientos y su historia; sin embargo, hay un consenso académico sobre aporte del analista político argentino Ernesto Laclau . Este destaca la inclusión y la identidad de las masas como uno de los aspectos más importantes para el origen y el desarrollo del populismo.
Siguiendo ese contexto, es posible que el debate sobre el populismo evolucione desde los ideológicos políticos hacia el liderazgo vertical de un caudillo por encima de ideologías. Esta abierta interpretación permite calificar a estos movimientos desde los ideológico hasta lo social marginal -pobres, mujeres y jóvenes- donde la promesa fácil y la simpatía gregaria proporciona elemento de adhesión frente a adversarios que no manejan esas estrategias.
En el caso de la campaña electoral ,para las próximas elecciones regionales se presenta una variante que puede ser antigua pero aparece renovada: “la canasta”. Hay que recordar los tiempos de la camiseta, la banderita y hasta el sucre con se aportaba para la campaña del Gran capitán. Son viejos recursos del social populista, pero que pueden ser usados y remodelados. Desde la camiseta y otras bambalinas se ha mutado a la oferta a la a mesa de la familia del sufragante. El gobierno pudiera intentarlo, pero desconoce la pericia de lo que significa la red clientelar que, en Guayaquil, por ejemplo, distan desde la época de Guevara Moreno y Velasco Ibarra.
El triunfo de la dádiva electoral merece todos los peros; sin embargo, al final una sola canasta es un voto familiar y hasta del barrio. Para el gobierno la situación en perspectiva es difícil. Si pierde Guayaquil y otras importantes ciudades, en algún baúl de cosas viejas tendrá que buscarse esa arma de los filibusteros: la oxidada Muerta Cruzada”.
Aunque las elecciones son en provincia, el gobierno debe calcular el giro continental con las elecciones de Colombia, Brasil y las recientes en Chile y Perú. De Argentina mejor no hablar si no se sabe bailar tango.