Frecuentes, en Quito, los actos para presentar nuevos libros, siempre bienvenidos y merecedores de aplausos, aunque pasada la euforia del acto no se les comente o recuerde. En “La Casa de Benjamín Carrión” y ante selecta concurrencia, un joven y ya conocido crítico literario, Gustavo Salazar Calle, presentó el resultado de sus últimas investigaciones, que le confirman como original y valioso historiador de la literatura ecuatoriana. Si en 1996 presentó‘Cartas a Benjamín’, con prólogo de Jorge E. Adoum, en 1998 nos ofreció‘Benjamín Carrión: un rastreo bibliográfico’, seguido por ‘La suave patria y otros textos’, y en 2001, en México, ‘La patria en tono menor: ensayos escogidos’, ambos de Benjamín; en 2003, ‘César E. Arroyo o el apasionado impenitente’, discurso al inaugurar en Andalucía un busto del olvidado escritor quiteño, y “Revista Cervantes y Ecuador”, en La Hora, de Quito; en 2006, en ‘El Búho’, No. 15, Quito, ‘Pablo Palacio, ¿acaso nació humorista?’, y en Madrid, ‘Ramón, el tío de la pipa: Benjamín Carrión y Gómez de la Serna’; el año 2007, en la Colección ‘Escritores de Quito’, que con tanto acierto dirige Patricio Herrera, publicó, finamente editado, el libro ‘La Voz Cordial: correspondencia entre César E. Arroyo y Benjamín Carrión’.
Se advirtió el notable conocimiento que Salazar tiene sobre las letras en el Ecuador y su aptitud para ‘rastrear’ en archivos y bibliotecas, de aquí y allá, cuantos documentos se refieran al autor estudiado, su época, sus libros; periódicos y revistas que a él se refieran, cartas, notas, apuntes, caricaturas; en fin, un sinnúmero de datos, inclusive de la vida cuotidiana, minuciosa y prolijamente registrado, laborioso esfuerzo que le ha permitido adentrarse con detalles a veces nimios pero interesantes, que hace constar en certeras notas a pie de página, en la peripecia vital de los grandes escritores ecuatorianos.
En Madrid continúa Salazar sus morosas búsquedas en bibliotecas y archivos sobre los grandes prosistas ecuatorianos del Modernismo que por allí pasaron, siempre mencionados y exaltados, pero sin análisis biográficos y bibliográficos suficientes, en cierto sentido menoscabados por la nombradía de los poetas de la ‘Generación Decapitada’, o los prejuicios de la politiquería, morbo infeccioso y recurrente en nuestra historia.
El año 2008 editó Gustavo Salazar, en Madrid, el Nº 1 de sus Cuadernos ‘A pie de página’, dedicado a Pablo Palacio; en 2009 el No. 2, donde estudia a César E. Arroyo, y en 2010 el No. 3, sobre Gonzalo Zaldumbide. Esta es la publicación que en la semana pasada se presentó en Quito, en medio de grandes aplausos. Todos reproducen cartas inéditas, comentarios bibliográficos de la época, entrevistas poco conocidas como una de César Vallejo a Zaldumbide, y textos de cada autor, olvidados o descubiertos por Salazar. Merece apoyo y felicitaciones.