Fernando Díaz Plaja cuenta que, en tiempo de Franco, el embajador de España en Roma, le preguntó a Henry Kissinger ¿Por qué EE.UU. no ayudaba a España tanto como a Italia que tenía el Partido Comunista más numeroso de Europa? Kissinger le contestó: es que ustedes son anticomunistas gratis. Ese era el poder de negociación de Italia para conseguir ayuda por razones políticas. En EE.UU. los países sumisos no son visibilizados en su política exterior, pero los que cuestionan y reclaman logran su atención, siempre que no rebasen los límites que atenten contra la seguridad del sistema.
Así nació también un poder de negociación del gobierno de Borja que fue ejercido con firmeza y sabia moderación.
Ahora hay serias discrepancias entre Ecuador y EE.UU. Quizá esperan, vanamente, una nueva posición ecuatoriana en el juicio de la OXY, en las relaciones con Irán, en la política de inmigración libre o en la seguridad de inversiones. Esta tensión diplomática imposibilita cualquier tratativa comercial, a más de que caducó la autorización del Congreso de EE.UU. para negociar tratados comerciales. Aquí solo cabe conseguir la prórroga del Atpdea a cambio de continuar combatiendo el narcotráfico, que es nuestro poder de negociación.
Los tratados internacionales suelen contener obligaciones y derechos y el poder de negociación es lo atractivo que uno puede dar a favor del otro. Es una operación de toma y daca. Si uno no tiene nada que dar no hay nada qué hacer. Si el Ecuador plantea un tratado de intercambio comercial con la Unión Europea le pedirán que abra su mercado para sus productos excedentarios baratos y condiciones preferenciales para sus productos industriales. En materia de inversiones pedirán una seguridad garantizada, debido al riesgo alto del Ecuador.
Cuando existen grandes diferencias de productividad hay aprensión al libre comercio, pues se presume que el pez grande se come al chico. Pero las negociaciones se hacen precisamente para contrarrestar los efectos de las asimetrías de productividad y para establecer un plan de largo plazo que instaure un proceso que potencie al más débil sin perjudicar al fuerte, porque esta es una operación en la que todos deben ganar.
El proteccionismo a la producción nacional es necesario para evitar el desmantelamiento de la poca producción manufacturera del Ecuador.
Sin embargo, no puede ser exagerado como para que los bienes y servicios sean muy caros para el consumidor nacional. Lo esencial es que no podemos seguir produciendo solamente bienes primarios, porque la rentabilidad es menor que en la industria moderna.
Además necesitamos mercados grandes para desarrollar producciones importantes, de lo contrario nuestra matriz productiva será subdesarrollada por siempre.