El Jefe –como todos los jefes- tiene virtudes y defectos y parece que goza en Carondelet y alrededores. Como tal, gobierna cerca de seis largos e impulsivos años y consta ya en un sitio interesante de la historia y la anécdota del Ecuador mientras aspira a continuar en sus amadas funciones hasta el año 2017, por lo menos. Luego de perder la primera vuelta presidencial frente al inefable Alvarito –aunque ahora parezca mentira- ha ganado una serie de elecciones y trabaja todos los días y una buena cantidad de horas para seguir avanzando por la senda del triunfo, hasta hoy sin rivales definidos y sumando todos los recursos, incluyendo los que ofrece el poder en un país super presidencialista como el Ecuador. El panorama está a su favor y realmente a estas alturas no se advierte la perspectiva de que algún héroe altere sus sueños. Pero él no se confía y hora por hora da un golpe más al posible –y talvez imposible- contendor y a todos los presuntos adversarios que piensen disputarle el trono
Una de sus tácticas es, por supuesto, ofrecer –y también inaugurar- obras, con predilección las viales y entre ellas los puentes. Las obras sociales también constan en su agenda y planes. Además, va sumando puntos con los recorridos por los cuatro confines del país y con las cadenas sabatinas para cubrir la mayor parte del territorio ecuatoriano. Siempre haciendo funcionar el verbo, saludando con el público, ensayando una sonrisa, a veces un chiste o una rabieta, describiendo sus aportes, fustigando a los contrarios, hasta remedándoles si eso aumenta los votos, dando la idea de que todo está consumado y no habrá fuerza humana capaz de amenazar su futuro.
Pero, por otra parte, los analistas creen que a veces se le va la mano. Aparentemente eso sucedió el jueves cuando planteó que se despoje de la inmunidad a un asambleísta y al cabo de mucho tiempo le falló algo tan sensible. No faltan los que consideran que también se la ido le mano en otros temas. Por ejemplo, en las demandas por millones de dólares a periodistas que no huelen semejantes cantidades y, en general, en la rabia frente a la prensa que ha superado todos los límites, más aun cuando hay la perspectiva de un veto sobre ese tema.
Entre estas y las otras, ¿hay posibilidad de enfrentarlo en el 2013? Por cierto, consta como favorito -ni faltaba mas- pero hay voces como la de su ex amigo Gustavo Larrea que sostienen que si hay perspectivas de darle un susto…perdón, de superarlo, según sus palabras. Unos creen –como el propio Larrea- que sería interesante ponerle frente a varios postulantes adversos y otros enfatizan que conviene un candidato único, pese a que es una misión imposible. Bien…¿alguien le podrá dar un buen susto o el Jefe ganará en primera vuelta como es –según chismes dignos de crédito- su sueño del día?