Recuerdo desde épocas universitarias el surgir de esta escuela de pensamiento en la ciudad de Guayaquil, en la facultad de economía de la ESPOL, a finales del milenio pasado. En ese entonces empezaron a sumarse adeptos a este pensamiento, cobijados inicialmente por un centro de economía política local. Con el paso del tiempo, dado lo encantador de su narrativa, logra la atención de movimientos políticos. Y así, pasando por ser fundación, llega a convertirse en un tanque de pensamiento.
Al amparo de estas estructuras se fue difundiendo cada vez más en aulas universitarias su línea de pensamiento, logrando de a poco engrosar sus filas. Evidentemente, el tanque de pensamiento empezó cada vez más a tomar relevancia cuando este se asoció directamente con el proyecto político del presidente Lasso. Al ser el emisor de contrargumentos a las tesis y políticas públicas de la administración del expresidente Correa, el libertarismo porteño aumentaba en alguna medida su presencia en el debate económico.
En este punto, es pertinente mencionar que nunca tuve mayores coincidencias -desde el punto de vista económico- con el pensamiento libertario. Sin embargo, siempre respeté a todo aquel que pensara en esa línea. Aún más, siempre he sido de la idea de que lo libertario no pasa más allá de lo filosófico y que, por ende, es inaplicable en la vida real. Pero para poder validar esta hipótesis, debían ser poder político. Y así sucedió, inesperadamente fueron poder.
El tiempo fue dando la razón. La existencia de impuestos en una sociedad es vista por esta escuela como una intervención nada deseable del Estado en la vida de los individuos. Sin embargo, en la actual administración gubernamental, donde participaron sus principales pensadores locales y auspiciantes, no solo que hubo una reforma tributaria, hubo dos. Y este, siendo solo un ejemplo, revela su verdadera inaplicabilidad al mostrar el evidente contraste entre el pensar y el hacer.
¿Será que a la actual administración no solo se le atribuirá el uso de la muerte cruzada por primera vez en el país, sino también la muerte del libertarismo en el Ecuador?