En el uso ciudadano el término de áulico no es común, pero tiende a generalizarse. Se refiere a una especie de vestales consagrada a un dios, militantes de una fe inquebrantable y carente de toda posibilidad de discrepancia. El ejemplo más claro estuvo en la actitud de algunos jerarcas comunistas de la URSS cuando percibieron el rigor de la purgas de Joseph Stalin: paredón o Siberia. Algo parecido saltó a la vista, en la última sabatina. Predominó la arenga y fue una alerta a los sectores empresariales, pues hubo poco aporte al desarrollo o aterrizaje de la denominada “matriz productiva”; por el contrario, la pro forma presupuestaria presentada después, sí aclaró las bases: extracción de petróleo y exploración de metales; en cuando al crédito, China tiene cuerda para largo y el IESS con algo estará presente.
En cuanto a los nuevos mercados estratégicos para la exportación existen complejos obstáculos políticos y jurídicos que deben ser abordados de urgencia por “la matriz”, entre los primeros es indudable que somos parte de un alineamiento contra las democracias capitalistas de Occidente, aprovechando sus errores históricos, como los causados por la revolución tecnológica y la perforación a los secretos de estados (Assange y Snowen). Son un fuerte impacto emocional en la coyuntura, pero con escasas posibilidades que generen políticas económicas favorables. En cuanto a los jurídicos existen dos barreras: la “cláusula democrática” y la “cláusula de la nación más favorecida”. La primera será la gran factura de la Ley de Comunicación y la segunda, será demanda por aquellos países que ya tienen firmados acuerdos.
Apelando a la memoria, en tiempos de niebla y frío, es necesario recordar que Lenín Moreno tuvo una extraordinaria habilidad. Logró ser diferente, mantuvo distancias y no fue afectado por el virus de la sucesión. Su mayor peligro en la arena política es que arremetan contra él, en un feroz linchamiento mediático, que sí está permitido desde el poder, como se pudo observar el pasado sábado.
Lenín Moreno fue cauto y supo evitar las confrontaciones. No buscó protagonismo, pero su nombre fue vitoreado para la reelección. Debe haber tenido errores en su administración. La inteligencia política indagará hasta con el proveedor de las tuercas de la silla de ruedas; por su parte, el SRI, como en los tiempos de Eliot Ness, descubrirá una falla o un error; sin embargo, los que lo conocen saben que si lo atacan, puede convertirse en el único árbol del horizonte.
El Exvicepresidente tiene una virtud muy particular en América Latina sabe callar y por lo tanto oye bien; algunos, quizás pocos, creen que si se le hubiese encargado el caso Snowen, el espía estaría exiliado en alguna isla británica del Caribe y los presidentes de Sudamérica pudieran sobrevolar los espacios europeos sin mayor novedad.