La caída de los precios internacionales del petróleo comienza a mostrar sus efectos en Ecuador. Pese a que el gobierno del presidente Rafael Correa ha anunciado mayores recortes de presupuesto, la situación se presenta complicada no solo para lo que resta de este año sino para el 2016.
Entre los temas que más preocupan es la entrada de la economía en recesión técnica y, por efectos de la reducción de los ingresos petroleros en más de un 50%, el Gobierno tendrá serios problemas para financiar el gasto público.
Aunque a mediados del 2014, varios especialistas hablaban del fin del llamado “superciclo de las materias primas”, el gobierno del presidente Correa descartó esa posibilidad, aprobando a fines del 2014 un presupuesto con un precio del petróleo poco realista. Y cuando se dio lo que tenía necesariamente que pasar, un bajón del crudo en los mercados internacionales, el Gobierno ha tenido que improvisar, recurriendo a medidas fiscales y al incremento de los niveles de endeudamiento para tratar de mejorar los ingresos del Estado. Sin embargo, muchos de los problemas de la economía han quedado intactos.
De acuerdo a datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía ecuatoriana decrecerá en un -0,6% para el 2015. De igual modo, las previsiones para el 2016 son poco alentadoras. El mismo FMI habla de un crecimiento del 0,1%. Aunque es cierto que el comportamiento de la economía ecuatoriana está a tono de los niveles de crecimiento de la región (la Cepal prevé que América Latina en el 2016 crezca a un promedio de 0%), es importante mencionar que Panamá (país también dolarizado) crecerá a un promedio del 5%.
Esto nos permite evidenciar claramente que el Ecuador, al igual que otros países de la región, han dependido en exceso de la exportación de materias primas pero también que el modelo económico planteado por el gobierno del presidente Correa ha tenido serias debilidades. Es decir, todo funcionó bien mientras existieron ingentes recursos provenientes de las exportaciones de petróleo.
Aunque el Presidente ha planteado como alternativa una Ley de Alianzas Público-Privadas, es realmente difícil que esto pueda ayudar a mejorar los índices de crecimiento y de inversión. De acuerdo a la ministra Coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, hay un portafolio de cerca de USD 6 500 millones para fomentar las alianzas público-privadas en áreas como puertos, aeropuertos y carreteras.
No obstante, hay que mencionar que para que la inversión privada llegue y aumente en el país se requiere de seguridad jurídica, condiciones favorables en términos de competitividad, tratados de libre comercio, etc. En esto hay una diferencia significativa con las facilidades que presentan países como Perú o Colombia. Por este motivo, si el Gobierno quiere realmente impulsar la inversión y productividad del Ecuador debe plantear más que una Ley de Alianzas Público-Privadas. Y, en eso, queda mucho camino por recorrer.
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