La antigua canción y juego infantil puede ser válida para comprender a los nuevos parlamentarios que se posesionarán el 14 de mayo. Es un conjunto que son como un paquidermo que no tiene conciencia de la fragilidad sobre la cuerda en que se balancea. Por eso, en estos cortos días que faltan -desde el espacio llano de la ciudadanía, es posible aportar con percepciones sobre algunos aspectos para que el juramento que rindan sea con plena conciencia y conocimiento.
Es un parlamento que, a diferencia del anterior, que entró en funciones con un precio del petróleo de altísimos niveles, hoy debe vivir con tal riqueza a la mitad.
Aunque el bloque oficial mantenga una mayoría cercana a las dos terceras partes la situación es diferente y las lealtades deben requerir una evaluación constante; como ventaja, no tienen el paralelo de una asamblea constituyente como la del 2008,que nunca dejó de ser una amenaza latente por un mal comportamiento de los legisladores. Tienen un mandatario distinto y que, aún se desconozca los giros que debe imprimir. Recibe un estado con índices económicos apocalípticos: crisis fiscal, deuda externa y falta de liquidez para cubrir la caja diaria. Un panorama muy distinto al que asumió el antecesor presidencial y sus legisladores. No se trata de que haya vacas gordas y luego vacas flacas.
La oposición, siguiendo la saga de la historia republicana, piensa que los grandes objetivos se consiguen por caminos diferentes y contrarios. Solo coinciden que el uno es el bien y el otro el mal y viceversa. Son una versión adaptada a la realidad de los chiitas y sunitas en el mundo musulmán o católicos y protestantes a raíz de la reforma que produjo Lutero. Pudieron ganar hasta en la primera vuelta; presentaron varias opciones para el parlamento descartando el acuerdo, hicieron gestos y sonrisas en la segunda vuelta y perdieron todo; incluso, temen que en el parlamento alguno de sus miembros sean acosados por el pecado de la carne envuelto en un maletín oficial. Hoy –iniciando un ejercicio de futurología- piensan en elecciones municipales e ignoran el país que tendrán que compartir con el oficialismo.
Los próximos días y semanas se podrá descubrir si el nuevo presidente seguirá la ruta de Camilo Ponce,quien desde el primer día rompió con el velasquismo; o al contrario; será el caso ruso cuando a Vladimir Putin lo sustituyó temporalmente con su ministro de gobierno Dimitri Medvedev, para que luego –todo en regla y constitucional– regrese el verdadero monarca. En el Ecuador la situación es para observarla detenidamente.
Mientras tanto, si el oficialismo no logra amasar su bloque parlamentario y captar los restos de lo que la oposición abandona, el único recurso de gobernabilidad será la muerte cruzada.
Ahora la situación es diferente para el Ecuador. Pero, en alguna esquina de Carondelet se podrá recordar al elefante que balanceaba su cuerpo sobre una frágil cuerda.
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