Ecuador vive unos días extraños. Noticias de secuestros, de sicariatos, de balaceras… A eso se añadía la posibilidad de dejar el Mundial de Fútbol, por una denuncia de la Asociación Chilena de Fútbol. La FIFA dio su veredicto y la Tri no perdió su cupo al mayor espectáculo deportivo del planeta, el Mundial Catar 2022.
Las redes sociales, un indicador cada vez más sintomático del ánimo de la sociedad contemporánea, mostraron júbilo puro. El fútbol como tal mueve pasiones, a veces demasiado complejas cuando se trata del balompié profesional, que muchas veces rayan en lo negativo y es caldo de cultivo para actitudes disociativas. Sin embargo, algo diferente sucede a escala de selecciones nacionales. Allí se activa la esperanza de las naciones y luego de décadas en las que Ecuador era un cero ala izquierda en tema futbolístico, que se pierda en la mesa el cupo al cuarto Mundial, logrado con muchos sacrificios y en buena lid, con goles y buenos momentos de disfrute y deleite, sí que habría sido una tragedia. Si hubiésemos sido sancionados, este ambiente enrarecido que vive el Ecuador habría empeorado.
Resultó por demás interesante ver cómo gente que no tiene nada en común, que en la vida cotidiana está separada por condiciones sociales, económicas, políticas… se sienta parte de un colectivo y de un objetivo comunes.
Esa condición de comunidad, de una alianza atemporal y apolítica, hace que los ecuatorianos hablemos en primera persona del plural sin miedo a ser discriminados, vejados o reducidos. Se nos ve bien unidos, hay que aceptarlo.
Habrá quien dirá que es triste que solo el fútbol logre unirnos. Que hay temas más importantes y necesarios, que deberían ser nuestra prioridad. Más bien, habría que ver que en una época convulsa, con una división profunda entre clases sociales, entre generaciones inconexas, entre estamentos políticos y por la desconfianza que causan las acciones de la delincuencia local y transnacional, hay un elemento que nos llega a cohesionar. Y si ese principio es un balón en una cancha: ¡bendito fútbol!