La decidida intervención del Banco Central, el control de la venta de divisas y la vuelta al vértigo de tiempos idos marcaron la jornada en Argentina.
La huella de la amenaza del retorno a los gobiernos de signo populista y kirchnerista (Cristina Fernández es la candidata vicepresidencial de Alberto Fernández) hacen trepidar.
El triunfo hace pocas semanas en las elecciones primarias y el rumbo de la campaña presidencial de los comicios del 27 de octubre han golpeado y duramente a la economía.
Una diferencia de 16 puntos porcentuales hacen casi imposible revertir la tendencia política, más allá de los esfuerzos del candidato Mauricio Macri por buscar su reelección.
Pero los desvelos presidenciales pasan por el día a día, casi el minuto a minuto, para contener una economía que se mostró desde el día siguiente de la jornada pre electoral como alterada, nerviosa y hasta vertiginosa.
El dólar se disparó, la inflación sigue adelante -calculan los técnicos que bordea el 55%-, las bolsas se desplomaron y el riesgo país llegó ayer a 2531 puntos. Altísimo. Muy grave.
Para el dólar el Gobierno puso un pare. Lanzó al mercado una cifra no confesada de dólares para parar la agitada demanda de divisas. Además, puso coto a la compra de la moneda norteamericana en USD 10 000 cada mes para personas naturales y jurídicas. Nadie sabe cuántos recursos puede echar al mercado el Banco Central como lo ha venido haciendo este tiempo para contener el desenfreno. Se conoce que la Reserva Monetaria argentina es grande, pero nunca será inagotable.
De momento se volvió a distintos tipos de cambio – no oficial sino marcadores del mercado-. Ayer cerraron las casas de cambio a algo más de 58 pesos por dólar, por el efecto de la medida del Central. Ya hay de nuevo dólar viajero de 63 y otro para enviar divisas afuera con distintos motivos a 65 y ha vuelto el dólar ‘blue’ cotizado en el mercado especulativo a 63 pesos por dólar. El ‘blue’ ese eufemismo para no hablar de mercado negro.
El fantasma del peronismo y su retorno golpea a todos, pero más fuerte como siempre a los más pobres.