Debió ser en la década de los ochenta, en la tribuna del Atahualpa, cuando Liga Deportiva Universitaria jugaba de local antes que inaugure su estadio, en febrero de 1997. Con un vozarrón sobresaliente, el personaje se levantaba de su asiento para increpar al árbitro.
Un amigo que lo conocía me dijo que ese señor era Marcelo Dotti, que en ese entonces hacía comentarios en radio Visión sobre temas políticos y de la ciudad. Como reportero lo vi algunas veces cuando cumplió funciones de diputado y también llamaba la atención el tono enérgico y firme de sus discursos. Frontal para decir las cosas, sin adornos y siempre con argumentos sólidos.
He escuchado sus comentarios en la radio Sucesos y más recientemente en una entrevista que le hicieran Miguel Rivadeneira y Gonzalo Ruiz, a propósito de la presentación (no suelo decir lanzamiento) de su más reciente libro: ‘El Doctor Infierno y sus demonios’, una obra monumental a modo de ensayo sobre el fracaso del marxismo leninismo en todo el mundo.
Vehemente en sus discursos y comentarios políticos, Dotti entra en lo más profundo del análisis de una de las corrientes ideológicas que prácticamente dominaron el mundo en el siglo XX.
Son casi 700 páginas que resultan difíciles de leer de corrido, pero que se pueden consultar fácilmente porque el libro tiene varias virtudes: se puede leer aisladamente cada capítulo, escoger los subcapítulos, pero como dice el autor en su introducción “si el lector deseare omitir más de medio millar de páginas y tener tan solo un epítome generalísimo del mismo, puede remitirse exclusivamente al epílogo”.
Y el epílogo no es una simple recopilación de toda la obra, como se pudiera suponer, es una guía que permite al lector ubicarse en la época bolchevique de 1917 o en la caída del muro de Berlín. La China de Mao, el Eurocomunismo o la Cuba socialista de los hermanos Castro.
La ciencia de basa en evidencias, no en creencias, anota el autor, y “el marxismo no es otra cosa que un esquema de creencias sin verificación experimental y menos aún estadística”. Marx, anota el autor, es de algún modo una terapia que le sirve al resentido social, al impotente o al rencoroso para alivianar sus pesadumbres.
Dotti no solo habla y escribe sin ambages, usa el rigor y la claridad que da el periodismo para comparar situaciones históricas y para advertir lo que va a suceder una vez que se derriben los dogmas ideológicos. El pretencioso “socialismo científico”, refiere Dotti, está a punto de fracasar, como en Cuba donde el pueblo lleva cinco décadas esperando el paraíso “en medio de un ayuno penitente y famélico”.
La humanidad nunca ha girado a 90 grados y cuando lo intentaron los fanatismos, la sociedad se salió de riel. Los dos catastróficos descarrilamientos fueron la Revolución de Octubre y el nacionalsocialismo de Hitler.