En el mundo existen impuestos para las cosas más absurdas imaginables. Incluso para cosas inimaginables. Alguna vez leà que Pedro el Grande, emperador de Rusia, puso un impuesto a las barbas, pues querÃa que sus súbditos se afeiten. Los japoneses aprobaron hace un par de años un impuesto a los gordos para combatir la obesidad en su paÃs.
Mientras tanto, en el Ecuador tenemos un impuesto a salida de divisas que, en el fondo, es un impuesto a la desconfianza. Se está gravando la desconfianza en las polÃticas económicas del gobierno. Aquel que desconfÃe del manejo de la economÃa debe pagar un impuesto. Por desconfiado.
Claro que hay varias razones por las que alguien puede sacar divisas del paÃs. La principal es para importar cosas y las importaciones están muy relacionadas con la polÃtica económica y, hasta cierto punto, también están relacionadas con la desconfianza.
Resulta que cuando el gobierno aumenta su gasto público, lo que está haciendo es incentivar la demanda en el paÃs. Hay más plata en la economÃa y, por lo tanto, más demanda. Pero por desconfianza en las polÃticas económicas, la gente invierte poco y la producción crece poco. Por lo tanto, esa enorme demanda adicional se desfoga a través de más importaciones. De esa manera se explica cómo la salida de divisas para importaciones está, en parte, relacionada con la desconfianza.
La otra gran razón para sacar dinero del paÃs es para colocarlo en un banco fuera del paÃs. Pero, a no ser por la desconfianza, nadie en sus cabales harÃa eso, pues los bancos en el extranjero pagan intereses todavÃa más bajos que los bancos nacionales. Por lo tanto, si alguien quiere ganar un buen interés, deberÃa colocar su dinero en un banco local. Si lo saca al exterior es, básicamente, por desconfianza.
Claro que hay otras razones para sacar recursos fuera. Por ejemplo el pago de deudas con el extranjero o las transferencias a sus hogares que hacen los colombianos y peruanos residentes en el Ecuador. Cabe aclarar que en esos casos no es por desconfianza que el dinero sale del Ecuador.
Adicionalmente, por la desconfianza reinante, hay poca gente dispuesta a traer recursos al Ecuador. La inversión extranjera en el Ecuador el año 2010 fue 50 veces menos que en Colombia o Perú. La confianza en el manejo económico de esos paÃses influyó en sus decisiones de invertir.
Lo curioso es que el impuesto de Pedro el Grande sà logró que los rusos se afeiten más, mientras que el impuesto a los gordos en Japón, al menos, parece que ha creado más consciencia de los problemas de obesidad. El impuesto a la salida de divisas y su posible incremento lo único que han logrado es que el público conozca hasta dónde el gobierno está consciente de cuánta es la desconfianza en su manejo económico.