Aquí, dentro del país, la gran mayoría conoce lo que ha sucedido con el gobierno, la consulta popular y la lucha contra la corrupción. Pero en el exterior la imagen del país y su realidad es bastante difusa, hasta errada y negativa.
Muchos periodistas, profesores universitarios, empresarios o gente de a pie, piensan de que el actual gobierno es continuidad del correísmo “chavista” en cuyo interior hay una mera disputa de liderazgo. No pocos creen que Correa es un líder progresista y revolucionario perseguido, que las denuncias de corrupción son calumnias, que Lenín Moreno es un “traidor” a la revolución, que supuestamente está revirtiendo el proceso. En general, la imagen del país es muy mala tanto en la opinión pública de otros países como entre los propios migrantes ecuatorianos.
Desde el inicio del régimen hubo voces que alertamos sobre esta realidad negativa, pero poco o nada se ha hecho para revertir esta tendencia arraigada en el exterior. Los ejemplos pueden multiplicarse. Mencionaremos uno. En medio de la campaña de la consulta popular, la prensa informó que en España se había realizado un acto por el “no” con gran concurrencia de ecuatorianos residentes y la participación de los más altos líderes de “Podemos” e “Izquierda Unida”. Rafael Correa había hablado en vivo por la red.
Los ecuatorianos tenemos derecho de expresarnos sin cortapisas aquí o en cualquier lugar del mundo. No podemos, ni de broma, oponernos a que dirigentes o ciudadanos extranjeros opinen sobre nuestra realidad, como nosotros lo hacemos sobre Catalunya, Venezuela o Palestina. Pero si debemos esperar que se hagan todos los esfuerzos para que en el exterior se conozca la verdad, para que no se la deforme; menos aún, que los responsables del desastre y la corrupción se erijan en conductores y jueces sin que nadie los ponga en su sitio.
Quienes participamos de foros en el extranjero nos topamos con una lamentable realidad: ningún esfuerzo serio y coordinado ha hecho el gobierno para informar lo que aquí sucede, para promover las iniciativas de tolerancia, apertura y lucha contra la corrupción del presidente Moreno; para convencer a la opinión pública internacional que hay un intento de cambio en los derechos humanos, en la ética y las oportunidades de inversión.
Son reveladores los resultados de la consulta popular. En Europa ganó el “no”. Y en las otras dos circunscripciones fue superior al promedio nacional. Eso se debe sobre todo a la mala información. Ante esto ¿Qué hace el gobierno? ¿Qué hace el servicio exterior?
Repito lo que escribí en agosto de 2017: “Es importante, por bien del país, que se promueva un mejor conocimiento de lo que aquí está pasando. Sería grave que en el medio internacional se imponga la insultadera correísta sobre la verdad.”
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