Los partidarios de Guillermo Lasso o los de Andrés Arauz darán por ganador al candidato de su preferencia. Las opiniones divididas e irreconciliables se expresan en quienes ya tienen decidido su voto. Pero la respuesta que interesa es la de aquellos que, en la primera vuelta, votaron por Yaku Pérez, Xavier Hervas o los demás candidatos y aún no saben por quién sufragar. ¿A favor de cuál de los dos inclinará el debate en este segmento de ciudadanos? ¿Pesará de forma determinante para convencer al electorado que no votó por uno ni otro?
El formato adoptado parecía enderezado a ahuyentar al público de las pantallas con los videos dispuestos por el Comité al cual el CNE encargó preparar el debate. Aquel también erró al plantear las preguntas por la acumulación y extensa formulación de estas. Para contestarlas los candidatos solo contaban con un minuto y medio…
En los reducidos espacios de preguntas de los antagonistas y sus réplicas se abrió de forma parcial la confrontación, el choque de opiniones, las afirmaciones contrapuestas. En lo demás, por el tiempo previsto para los cinco amplios temas sobre los cuales la moderadora leyó las preguntas formuladas por el Comité, se impuso el deseo de los candidatos de exponer ofertas de campaña que puedan atraer a los votantes indecisos. No haber dado a la periodista moderadora, como reclamó con tanto acierto Andrea Bernal, la posibilidad de plantear contra preguntas, redujo la opción de contar con una auténtica confrontación, obligar a los candidatos a discutir la dirección de sus planes de gobierno y salirse de los ataques y acusaciones mutuos.
¿Qué pesará más entonces para inclinar la decisión de los votantes? Sin duda la imagen de credibilidad. Quizás la frase que más se recuerde será la de “Andrés, no mientas otra vez”, con la que enrostró Lasso a su contrincante. Este reiterado juicio crítico cobró fuerza cuando, en diversas oportunidades, se refirió a la dependencia de Arauz de su mentor. Un tema de discordia fue el de quién carga con el régimen actual. Lasso reclamó a Arauz hacerse cargo de la responsabilidad del correísmo en la elección de Lenin Moreno; su contrincante replicó, para atacar al primero, que este se había entregado a los banqueros. Pero tanto Moreno como Arauz son hijos políticos de Correa, recordó de forma contundente Lasso.
A pesar de los defectos del formato, las preguntas sin contestar y las debilidades de la discusión de temas de fondo, el debate fue una oportunidad de acercarse a la personalidad de cada candidato. No hay acuerdo todavía para responder a la pregunta de quién fue el triunfador. Quedan pocos días para que, en esta limitada campaña en tiempos de pandemia, se aclaren las preferencias electorales y se determine en las urnas finalmente el ganador.