Faltan ya solo dos cortos meses para que se concreten los candidatos y faltan no muy largos seis meses para que los ciudadanos ecuatorianos concurran a las urnas -a los años- con la misión de elegir presidente y vicepresidente de la República y un grupo de nuevos legisladores. Todo esto de acuerdo al plan trazado en Montecristi para que el Jefe Rafael gobierne ocho años de vacas gordas y dos de vacas flacas. Según confesión propia el susodicho Jefe ya está cansado pero las Pames le dan ánimos para que siga incansable discurseando, pagando deudas y gobernando. El reitera que no, pero mantiene las sabatinas y prepara una que otra venta, comenzando por la querida Sopladora para afrontar las deudas. Un buen porcentaje de ecuatorianos cree que Correa se va en mayo y el candidato aliancista será Lenin Moreno o Jorge Glas. Eso se sabrá definitivamente el 1° de octubre, según los anuncios oficiales. Las decisiones están en manos del Gran Jefe, por supuesto.
Lo que no sucede en la oposición. El joven dirigente de “Suma” Guillermo Celi difundió la tesis del “candidato único” y recibió uno que otro aplauso mientras se ubicaba en la “Unidad”, junto a Nebot y al resto. Pero ahora, por razones municipales, se está aproximando a “Creo” de Guillermo Lasso en tanto que su jefe en “Suma”, Mauricio Rodas, no quiere saber de política hasta que funcione el Metro.
Con esos y otros episodios la oposición está cada vez más preocupada. Es muy posible que la ‘Unidad” lance una candidata que se llame Cynthia, la amigaza de Nebot, y no se descarta que la Izquierda Democrática -recién resucitada- impulse la candidatura de un destacado ciudadano, Paco Moncayo. También se habla de otras postulaciones pero no es imposible un acuerdo entre los dos bloques -Unidad y Cambio- que reduciría a dos los candidatos opositores, uno de ellos Lasso, que no renunciará por nada del mundo.
Hay otros precandidatos y casi candidatos pero lo más posible es que los tres -un gobiernista y dos de la oposición- sean los principales contendientes de febrero. En ese caso serán muy importantes los porcentajes de los postulantes para que se defina si hay una o dos vueltas. El presidente Correa insiste en que el triunfo aliancista -hasta en un tres por uno- es seguro pero los opositores creen que el candidato oficial, sea quien sea, afrontará las consecuencias de los serios problemas económicos que se han registrado en el país en los últimos veinte y cuatro meses.
Finalmente, como siempre sucede en estos casos, no faltarán otros postulantes, entre ellos Alvarito, que ya va por la sexta, y Dalo Bucaram, que espera heredar parte de los votos de su padre. En el caso de Pachakutik anunció con entusiasmo una elección primaria y terminó metiéndose en problemas. Las votaciones internas fueron bajas y la actuación del dirigente Salvador Quishpe fue criticada por pedir publicamente a Guillermo Lasso la postulación de Lourdes Tibán para la vicepresidencia.