El 24 de mayo del 2017 -ya mismo- será un día interesante, con la despedida de un gobierno de diez años y medio de duración, caracterizado por el uso polémico de todos los poderes, por los altibajos de su acción y por la antipatía a muchos.
Un 24 de mayo que marcará el ingreso a Carondelet de un gobernante que es una incógnita por donde se lo mire y se lo defina. Se va Correa, el Gran Jefe que se sintió obligado a triunfar en la jornada electoral del 2 de abril, y asumirá el mando Moreno, el personaje que hizo lo posible para que se consolide el plan y todo salga como lo habían planeado . Termina una etapa correísta que tuvo sus años de bonanza y los dos últimos de quiebra. Comienza otra en que se combinan los buenos propósitos, los sueños y, por cierto, las deudas.
Fue una tarea difícil para el presidente Correa identificar al sucesor cuando tomó la decisión de marcharse. Acudió a las encuestas incluyendo a los posibles sucesores y siempre Moreno sacó ventaja. Pesaron los años de vicepresidencia y fue el escogido para la candidatura presidencial.
Ginebra fue la siguiente etapa, discutida por cierto, y ese tramo culminó con la proclamación de Lenín en el estadio del Aucas.
Moreno celebró su cumpleaños durante la campaña. Cumplió 64. Pocos días después Correa llegó a los 54. En la fiesta del Aucas y poco después, Lenín actuó al estilo “vice”, con buen tono y gestos amistosos, pero alguien le dio un consejo y en el próximo recorrido lanzó un “carajo” y entró a la bronca, aunque justo es reconocerlo, sin excesos, pero también sin el humor de sus mejores épocas. Ese humor que fue un remedio en sus años más difíciles. Lo que sí usó y con buenas notas fue el canto. Hasta haciendo dúo con Correa, quien no resultó coteja del futuro presidente y aceptó esa realidad.
Otra realidad, pero muy seria, vive hoy Lenín Moreno. La presidencia del Ecuador es una misión compleja y difícil por donde se la mire.
Más aun cuando hay déficit. Varios, tal vez muchos, han fracasado, con lo que ello significa. Moreno está obligado a usar todos los recursos para salir adelante, entre otras cosas escogiendo seria y cuidadosamente los mejores colaboradores. Muchas cosas feas se han registrado en los últimos tiempos, sí, pero el país tiene que realizar un esfuerzo para la recuperación. Es lo que dice Vistazo luego de anotar que la jornada electoral dividió en dos a los ecuatorianos. León Roldós habla positivamente de Lenín Boltaire Moreno. Los periodistas Arturo Torres y Sebastián Mantilla anotan las críticas a Moreno, que realmente no son pocas y algunas de ellas inquietantes, pero creen que puede funcionar como presidente y ganarse un buen puesto en la historia. Por supuesto, hay expectativa e inquietud por lo que suceda en nuestro querido y golpeado Ecuador después del 24 de mayo. Se aproxima un periodo evidentemente complejo y desafiante, que interesa a todos por igual y sobre el cual hay varias versiones. Que nos vaya bien con Lenín. Ojalá.