Por obvias razones miramos en estos días algunos ejemplares de la prensa limeña y, además del “caso Riofrío”, encontramos varias noticias interesantes que las vamos a compartir con los lectores. El “caso Nadine” es noticia permanente. Claro, si se trata de la Primera Dama -esposa del presidente Humala- que podría ser candidata y talvez reemplazar a su Ollanta en el 2016. Su rival segura es Keiko Fujimori -hija de Alberto, el que firmó la paz con Ecuador- y las dos mantienen por ahora un empate técnico con el 25% en las encuestas. Hay un tercer posible postulante con un bajo 8%, pero a quien las dos damas miran con recelo porque también es “otro caso”. Se llama Alan García. Hay pues, novedades y chismes en los medios del vecino del sur, Perú. Un país buen amigo desde 1998, aunque de pronto surgió un problema por causa de una bronca personal, entre tirones de pelo, arañazos y talvez hasta un puntapié.
Doña Nadine, de 36 años, guapa y vivaz, aparece en público todos los días, con o sin el jefe Ollanta a su lado. Algunos le llaman “la presidenta” pero Humala prefiere mencionarla como “mi soporte”. Se discute su postulación por el “parentesco” con el gobernante pero el tema no está definido. Si llega a ser candidata -indudablemente con posibilidades de triunfo- la rival sería Keiko, quien perdió estrechamente ante Ollanta Humala y mantiene sus aspiraciones de llegar al poder. Nadine está hoy de moda porque se espera una pronta definición de su futuro. Alan García fue dos veces presidente. En el debut (1985-1990) le fue pésimo. En la repetición (2006-2011) le fue bastante bien. Ahora le están investigando posibles abusos económicos. ¿Cómo terminará esto? Y en el “caso” que involucra al Ecuador, lamentable lo que le sucedió al embajador Rodrigo Riofrío, un buen ciudadano por cierto, quien no lo buscó ni lo soñó. Cosas sorpresivas -o casos- que depara la vida. Una discusión y el chirlazo de una mujer, varias escaramuzas y una respuesta no muy diplomática pero humana. Esto sucedió el 21 de abril. La cancillería guardó silencio. Las dos peruanas del choque denunciaron por una emisora, afirmando que recibieron puntapiés y revistazos. La protesta fue tomando cuerpo como acción antifeminista. No faltó la adhesión de la jefa doña Nadine. El escándalo siguió creciendo. El canciller pidió el retiro del embajador.
Ecuador mandó a Lima al vicecanciller Albuja, quien recolectó los documentos más que oler el ambiente. La posición ecuatoriana -con el presidente a la cabeza- fue una defensa plausible pero compleja del protagonista. Riofrío fue agredido y se defendió. Malestar en la cancillería peruana y una protesta cada vez mayor en Lima. Hoy, con los embajadores en sus casas, esperan que baje la tensión. ¿Cuál es la perspectiva que se presenta? Muy difícil, imposible, imponer un regreso a Lima de Riofrío. Tampoco un castigo al que se defendió. Qué caso tan amargo.