Los sujetos mencionados y otros, si se tratara de las viejas luchas religiosas, una solución para eliminarlos sería el anatema o la excomunión. En esos ritos, en los que el culto religioso tuvo o mantiene poder, la medida pudo ser eficaz, pero en las democracias- donde el sector de la urna es más privado que el del confesionario- no es suficiente y el combate a esos “iluminados “puede llevar a una polarización que resulta contraproducente para los propósitos de extinguirlos. Esta reflexión puede explicar que luego de tantas evidencias de corrupción, estos personajes insistan y convenzan. En su agenda consta como ejes principales la distribución de los recursos públicos mediante el control del Estado y lo que alcancen extraer del sector privado que nunca ha podido zafarse de lo que significa el cordel de subsidios y aranceles. Por eso, la sola mención de sus nombres convulsiona a las sociedades al extremo – caso Cristina- donde un libro se volvió emblemático sin perjuicio de la bondad literaria de su contenido.
Un primer acercamiento a esta sórdida presencia en el escenario de las opciones, es que el pueblo no tiene a otros personajes que tengan igual capacidad de seducción, convocatoria y movilización; es decir, un carisma arrasador.
Es una verdad muy cercana al recurrido ejemplo del vaso cuyo contenido solo alcanza a la mitad. De ser válido el ejemplo, surge la necesidad de llenar la otra mitad por lo que no se descarta una polarización, que en este caso sería con las corrientes extremas del neo liberalismo económico. En una síntesis apresurada: todo con el estado y del otro lado, la proclama de una victoria absoluta del mercado sobre el Estado.
Sin embargo, los populistas iluminados que encandilan a las poblaciones desesperadas no perciben que existe una diferencia con el pasado que disfrutaron y dilapidaron. Las brisas de los nuevos tiempos consisten en erradicar la crisis profunda fiscal que cosecharon en administraron anteriores; ahora tienen una agenda diferente y si no hay recursos, los anarco economistas se alzarán con el poder y ellos tendrán que huir a los paraísos.
Esta tragedia que asoló a importantes países de América Latina se debe a que el centro político, de gran convocatoria en décadas pasadas, se debilitó hasta la extinción. La democracia cristiana, la social democracia y la izquierda marxista hicieron sus maletas y el campo quedó servido.
Por eso, además de simpática, atemoriza esa creativa modificación del tango Volver para registrar a doña Cristina Fernández en sus intenciones inmediatas. Se llega al extremo de que algunos ciudadanos piden un pasillo para saludar lo mismo en el Ecuador. Sin embargo, tampoco es posible admitir las hipocresías de que el pueblo es el culpable, pues vota por los malos o por lo mismo. En los países donde los duendes populistas y sus golosas cortes reinaron no vinieron de la entraña popular. Hasta el momento no se puede demostrar que “Java Lato” germinó en las favelas de Río.