El espejo mágico ya no es cosa de cuentos de hadas: se ha convertido en realidad con la ayuda de Memory Mirror, una empresa de Silicon Valley que ha puesto en el mercado espejos en los que uno puede ver cómo le quedaría ropa que no tiene puesta. EFE
El espejo mágico ya no es cosa de cuentos de hadas y se ha convertido en realidad con la ayuda de una empresa de Silicon Valley, que ha puesto en el mercado espejos en los que uno puede ver cómo le quedaría ropa que no tiene puesta.
Salvador Nissi Vilcovsky es el fundador y consejero delegado de Memory Mirror, la empresa que ha desarrollado MemoMi, un espejo con una cámara en la parte superior en el que uno puede grabar y reproducir, inmediatamente o más tarde, vídeos que ofrecen imágenes de 360 grados de la persona que está en frente.
Vilcovsky y sus socios desplegaron los primeros espejos digitales a principios de este año en seis tiendas de los almacenes de lujo Neiman Marcus en San Francisco (California) y Dallas (Texas) y planean ampliar su presencia a 16 tiendas de la cadena en las próximas semanas.
“Los clientes pueden compartir los vídeos con amigos y familiares, algo especialmente importante cuando se trata de una ocasión especial como una boda”, explicó Vilcovsky en la sede de la empresa en Palo Alto, en el corazón de Silicon Valley, donde Memory Mirror tiene un salón para demostrar a potenciales clientes cómo funciona el espejo.
MemoMi ofrece, en la actualidad, la posibilidad de ver cómo le sentarían a uno distintos colores o texturas de una prenda que tiene puesta.
La empresa prevé debutar, durante la Semana de la Moda que se celebrará a mediados de este mes en Nueva York, una nueva función que permitirá verse en el espejo no sólo con distintos colores o texturas de la prenda que uno está usando sino con prendas que uno no tiene puestas.
Vilcovsky, un ingeniero y diseñador de padre argentino, asegura que se le ocurrió la idea cuando estudiaba diseño en Milán (Italia) hace diez años, pero la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada entonces para hacer realidad su idea.
De modo que él y su socio, Ofer Saban, el director tecnológico de Memory Mirror, se dedicaron a registrar patentes a la espera de que la tecnología madurase.
Vilcovsky recuerda que el principal desafío cuando empezaron a desarrollar MemoMi a principios del 2013 fue evitar la distorsión de la imagen.
“Cuando uno pone una cámara en la parte superior de un espejo la persona que está en frente no se ve como si se estuviese mirando en un espejo regular. Aparece distorsionada”, explicó.
Añadió que fue su socio, Saban, quien desarrolló un sistema para corregir la distorsión, que Vilcovsky califica como la tecnología central tras su invención.
Superados los desafíos tecnológicos, el emprendedor afirma que el objetivo de la empresa, que tiene un equipo de unas 20 personas repartidas entre Palo Alto y Washington, es ampliar su presencia en el mayor número de tiendas posibles.
Adelantó, en ese sentido, que en los próximos meses prevén debutar en otros cinco o seis grandes almacenes, aunque no reveló los nombres, ni tampoco el precio del espejo.
Mencionó, por lo demás, que el desafío, en adelante, será mantener el ritmo en un mundo tecnológico que avanza a una velocidad fulgurante.
“Tenemos que movernos muy rápido en los próximos años”, explicó, y añadió que, durante los últimos 50 días, ha recorrido más de 80 000 kilómetros, un cómputo que incluye un reciente viaje a Japón.
En cuanto a los ingredientes necesarios para ser un buen emprendedor, menciona, como imprescindible, “la pasión por lo que uno hace, la fe en la visión de uno mismo y la flexibilidad necesaria para cambiar el rumbo de ser necesario”.
Nadav Neufeld, estratega de producto de Memory Mirror, añadió, por su parte, que es crucial tener a un buen socio tecnológico, que no tiene que vivir en la misma ciudad pero con el que es necesario mantener un contacto frecuente en persona.