El debate presidencial del pasado 23 de marzo de 2025 entre Daniel Noboa y Luisa González generó expectativas altas entre los votantes, los equipos de campaña y los analistas políticos. Realizado a poco menos de un mes de la segunda vuelta electoral, fue uno de los pocos momentos en los que ambos candidatos se enfrentaron directamente en un mismo espacio mediático.
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Aunque el evento tuvo una audiencia considerable, diversos expertos coinciden en que su impacto real no se mide solo durante la transmisión en vivo, sino en los días posteriores. Es en ese lapso donde se consolida la narrativa que finalmente puede influir en el voto.
Analistas políticos consultados aseguran que, en un contexto polarizado como el ecuatoriano, el post-debate se convierte en una herramienta estratégica para las campañas. No solo permite reforzar el posicionamiento de los candidatos frente a sus bases, sino que también actúa como un espacio clave para captar votantes indecisos.
La narrativa del post-debate como construcción estratégica
Según Rafael Silva, consultor político, el post-debate ha cobrado mayor relevancia porque muchas personas no vieron el debate en vivo. Esto puede deberse al desinterés o a otras razones, lo que deja al post-debate como el espacio ideal para que las campañas hablen a públicos específicos.
En este sentido, Silva explica que el debate es tan importante como su etapa posterior, ya que ambos se complementan. Lo que ocurre en el escenario es materia prima para la estrategia que viene después, mediante la edición y difusión de momentos clave.
Silva explica que las redes sociales cumplen un papel central al definir quién ganó o perdió. Allí confluyen la opinión pública, expresada por los usuarios, y la opinión publicada, difundida por líderes de opinión y medios.
Según el consultor, una buena gestión post-debate no debe centrarse únicamente en aclarar errores o responder ataques. Más bien, debe apuntar a reforzar una narrativa que conecte con la percepción colectiva. Para esto, es fundamental tener claro el relato que se quiere construir desde el primer minuto tras finalizar el debate.
Los primeros momentos son claves para el posicionamiento
Carla Naranjo, analista política, considera que el post-debate actúa como una segunda fase del evento, especialmente relevante en un país donde las posturas están marcadas. Para quienes ya decidieron su voto, el post-debate reafirma su posición; para los indecisos, puede convertirse en un factor que incline la balanza.
La forma en que los medios y redes gestionan los mensajes es clave para moldear esas percepciones. Un clip viral o una frase repetida puede cambiar el eje del debate en la opinión pública.
Naranjo sostiene que un candidato puede compensar una mala presentación en el debate con una buena estrategia comunicacional posterior. Sin embargo, si no se capitaliza un buen desempeño, ese momento puede perderse rápidamente.
Para la experta, las primeras horas son esenciales para difundir los mejores momentos del candidato, responder a críticas y reforzar sus mensajes clave. De esta manera, los equipos de campaña pueden asegurarse de que su versión del debate se mantenga en la conversación pública.
El control de la narrativa como ventaja electoral
Para Jorge Baeza, decano de la facultad de jurisprudencia, ciencias sociales y humanidades de la UIDE, el post-debate tiene un peso determinante, sobre todo en contextos polarizados como el ecuatoriano. La forma en que se interpretan las intervenciones depende de múltiples factores: medios, redes y el discurso del propio candidato.
Esto es especialmente importante para influir en los votantes que aún no deciden su voto para la jornada del 13 de abril.
Baeza destaca que, en experiencias recientes, como en las elecciones anticipadas de 2023, la percepción del “ganador” del debate fue más influenciada por lo que ocurrió después del evento que por lo visto en el escenario.
Por eso, controlar la narrativa post-debate, según Baeza, es una ventaja en la carrera electoral. Los equipos deben actuar con rapidez, generando contenido estratégico, activando vocerías y gestionando entrevistas. La clave está en instalar una percepción positiva y mantenerla viva hasta el día de la votación.