El Fandi, Álvaro Mejía y Joaquín Galdós triunfaron en el Festival Virgen Esperanza de Triana

El rejoneador ecuatoriano Álvaro Mejía cumplió muy buena actuación. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

El rejoneador ecuatoriano Álvaro Mejía cumplió muy buena actuación. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

David Fandila ‘El Fandi’ se despatarra con la muleta ante el bravísimo retador de la ganadería Huagrahuasi. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

La noche del 5 tuvo un número taurino central. El Festival Virgen Esperanza de Triana en su decimocuarta edición resultó un éxito.

La solvente y torera actuación del rejoneador ecuatoriano Álvaro Mejía, el siempre dispuesto y poderoso diestro granadino David Fandila ‘El Fandi’ y la tarjeta de presentación de Joaquín Galdós, otro torero peruano que debutó con honores en Ecuador, fueron los puntos más altos. Ellos se llevaron dos orejas, y un rabo y dos orejas simbólicas más (en Quito se prohibió la muerte del toro a estoque).

También dio una cariñosa vuelta al ruedo Cristina Sánchez y el debutante Emilio de Justo no tuvo una actuación entonada pero recibió una oreja simbólica generosa.

El público cubrió cerca de tres cuartos de plaza y el festejo fue precedido por una emotiva procesión de la estatuilla de la Virgen Esperanza de Triana. Se lidiaron cuatro novillos toros de Triana y uno de Huagrahuasi, Retador Nº 98 de 430 kilos, que fue indultado por El Fandi.

Al romper el paseíllo, la empresa Triana homenajeó a Carmen Toledo, experimentada periodista, compañera de esta casa en Radio Quito y maestra de la crónica recibió la ovación y una medalla que le hizo entrega la maestra del toreo Cristina Sánchez.

Otro homenaje tenía preparado la empresa que encabeza el ganadero y matador de toros José Luis Cobo, esta vez con una placa para el gran picador Hernán Tapia, que llega a sus bodas de oro profesionales. El Fandi entregó el recuerdo y la ovación cayó del tendido, explosiva como en tantas tardes y noches de toros.

Abrió el festejo el caballista Álvaro Mejía, con una muy vistosa actuación donde brilló en sus progresos, su monta clásica y excelente colocación de banderillas, una quebrando la cabalgadura sin uso de las riendas y con manejo de las piernas, otro quiebro de alta temperatura y dos banderillas cortas entre el aplauso general. Dos rosas, como orejas simbólicas.

El rejoneador ecuatoriano Álvaro Mejía cumplió muy buena actuación. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Cristina Sánchez fue recibida con buenos recuerdos por la afición de Quito que se dio cita en la plaza Belmonte; luego del saludo a la verónica y un buen puyazo regaló algunos pasajes destacados como los doblones iniciales en muletazos sueltos con gracia por el lado derecho, para dar una aplaudida vuelta al redondel.

A David Fandila ‘El Fandi’ le cupo una vez más un excepcional toro de Huagrahuasi. Retador, Nº 98 de 430 kilos, fue bravo, noble, humillador, fijo y repetidor desde la salida y transmitió las mejores virtudes del toro de lidia. Verónicas, chicuelinas vistosas, un quite florido por caleserinas y tres emotivos pares de banderillas –uno de ellos al violín– tras un buen puyazo donde el toro peleó con galanura, precedieron a una faena templada, de manos bajas que lució al toro y sus condiciones con un pitón derecho extraordinario y un exigente pitón izquierdo.

Los derechazos y los largos forzados hicieron bramar al público de Quito. Llegó el indulto merecido y El Fandi paseó otra vez los máximos trofeos con rosas en ramo a manera de las orejas y el rabo.

Mucho se esperaba a Emilio de Justo, el extremeño, revelación de la temporada española, un torero de muchos quilates, pero no se halló a gusto, le faltó temple y sitio, ante un toro que transmitía y tenía sus bemoles (teclas, le dicen ahora) pero fue muy aplaudido y recibió una oreja generosa.

Excelente templado pase con la derecha del peruano Joaquín Galdós. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Cerró la tarde un torero que debutaba en Ecuador, el limeño Joaquín Galdós dejó una brillante tarjeta de presentación, dueño de un buen manejo de las telas vio devolver a los corrales a su toro y en el quinto bis realizó una labor formidable de arte, técnica, temple y buen corte con el toro que fue banderilleado con esplendor por ‘El Patatas’ e Ignacio Almeida. El peruano se prodigó en el toreo por la derecha hasta en cinco series y en tres tandas de naturales y llegaron las dos orejas simbólicas en medio del clamor del público.

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