Liga goleó anoche al Manta y recuperó su buen juego. A excepción de la bullanguera barra Muerte Banca, el estadio de Ponciano lució semi vacío. Apenas unas 4 000 personas asistieron al escenario de Ponciano para alentar a su equipo.
El feriado y la irregular campaña de los albos en esta etapa impidieron que más hinchas asistieran al estadio. Sin embargo, con el transcurso del partido los rostros adustos de los hinchas se transformaron en sonrisas. ¿La razón? Los albos ayer deleitaron a sus seguidores con actitud y toque.
Así, LDU armó un partido a su gusto y enredó a los jugadores atuneros. Los albos llegaron con peligro hasta el arco defendido por Damián Lanza, el gran sacrificado de la noche.
El peligro aumentaba con cada ataque universitario. Así sucedió lo previsible: los goles empezaron a caer en la portería de Lanza. El primero llegó a los 16 minutos, luego de que Ezequiel González ejecutara con eficacia un tiro libre que se ‘coló’ por el ángulo inferior derecho del arquero.
Este gol alegró a la ‘U, que logró tres más en los 45 minutos de la primera etapa ante el desconcierto de sus rivales mantenses.
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A los 25 minutos llegó el segundo tanto albo. Nació de otra jugada del ‘Equi’ González que culminó Hernán Barcos. El tercer gol no tardó en llegar y tuvo la misma fórmula: pase del ‘Equi’ y remate efectivo del ‘Pirata’, que remató por entre las piernas de Lanza.
El cuarto tanto también fue obra del ‘Pirata’, que disparó un tiro envenenado, que Lanza solo vio pasar. Fue a los 46 minutos.
La segunda parte se asemejó a la primera: con Liga atacando y el Manta defendiéndose sin suerte. A los 50’ Barcos logró el quinto tanto blanco y el cuarto personal y a los 53’ logró la sexta anotación blanca y la quinta suya, luego de cobrar un penal por una falta de Julio Ayoví contra Miller Bolaños.
La goleada pudo ser de antología si los arietes universitarios hubieran aprovechado, al menos, cinco ocasiones más.
El encuentro de ayer tuvo otras aristas positivas, como el reencuentro con su fútbol y con el fanático blanco del ‘Equi’ González, quien ayer demostró que sabe mucho con la pelota y que cuando se enchufa es muy eficaz.
El monólogo de fútbol blanco terminó cuando el árbitro Samuel Haro pitó el fin del encuentro. Entonces se desató la alegría banca y los futbolistas atuneros dejaron de sufrir.