El estadio Mario Alberto Kempes solo tuvo cinco meses para alistarse, de cara a la final de la Copa Sudamericana. El escenario argentino fue designado en junio de 2022, por la Conmebol, para recibir el juego.
Esto, tras descartar la sede del Mané Garrincha, en Brasilia, que se escogió en primera instancia. A mediados de año, la Confederación Brasileña de Fútbol solicitó voluntariamente el cambio, debido a que la final está programada para el 1 de octubre, un día antes de las elecciones de autoridades nacionales en ese país.
Pese a que fue inaugurado en 1978, la última relación se hizo en el 2011, con motivo de la Copa América que se realizó en Argentina. El estadio, ubicado en Córdoba cumple con todos los requerimientos de la Conmebol para recibir una final continental.
Ya lo hizo en el 2020, cuando también fue sede de una final de Sudamericana. En ese año Defensa y Justicia se impuso 3-0 a Lanús. Tiene capacidad para 57 000 espectadores.
“Cabe esperar que este año las tribunas sean una fiesta del color y la alegría que caracterizan al fútbol sudamericano”, refirió el organismo continental tras designar al escenario, como referencia a que hace dos años el mundo atravesaba por un punto álgido de la pandemia del covid-19 y el juego se realizó con aforo reducido.
Revisiones
A principios de agosto de 2022, delegados del organismo sudamericano realizaron una inspección del escenario. La comitiva estuvo integrada por las gerencias de operaciones, marketing y digital, junto con miembros de Asociación de Fútbol de Argentina y autoridades de Córdoba.
Al igual que lo hicieron con el estadio Monumental de Guayaquil, que recibirá la final de la Copa Libertadores, se realizaron relevamientos técnicos de infraestructura y también se evaluaron hoteles, aeropuertos y campos de entrenamientos.
En cuanto a la cancha, especialistas en mantenimiento de césped profesional iniciaron un tratamiento especial al gramado, pese a que se siguen jugando partidos del torneo gaucho.