Hace 20 años atrás Sabine Kehm no tenía idea de lo que era la Fórmula 1 y apenas intercambiaba palabras con Michael Schumacher. Pero ahora es la mujer sobre quien reposa la presión mediática internacional, tras el accidente que experimentó el héptuple campeón mundial ocurrido pocos días antes de finalizar el 2013, en los Alpes franceses.
Kehm viajó junto a Schumacher, durante más de 10 años, por todo el mundo. Ella se encargaba de centrar el interés de los medios, organizar entrevistas, ruedas de prensa y presentaciones públicas del alemán. Hasta convertirse en la mánager del piloto más exitoso de la Fórmula 1.
Ya como agente, ella se mudó desde Frankfurt hasta Suiza para poder estar cerca de la residencia de la familia Schumacher. Con el paso del tiempo se formó una fuerte amistad que comenzó a unir a Kehm y los parientes cercanos del expiloto de la escudería Ferrari.
Hoy, las cosas son distintas. Pese al dolor que siente por el accidente del campeón se encarga de responder, junto a los médicos del hospital universitario de Grenoble, las infinitas preguntas de los periodistas sobre la salud de Schumacher.
Nada que no se haya discutido y acordado es dicho a los medios, durante las ruedas de prensa que se generan en la ciudad francesa. De eso se ocupa Kehm, al mismo tiempo mantiene alejados a los medios y curiosos de la familia.
Tratar de ingresar a la esfera privada de los Schumacher es una misión imposible; quien lo intente se encontrará con una mirada de hielo por parte de la rubia alemana.
“Valoramos mucho el trabajo de los medios, pero la esfera privada y los sentimientos de la familia deben ser respetados”, dijo el día de Año Nuevo ante una nube de cámaras, fotógrafos y periodistas.
Todavía no se puede evaluar si la tragedia del accidente de Michael afectó a Kehm ni en qué grado, pero desde que incursionó en la F1, en 1994 durante el circuito de Hockenheim hasta hoy, hubo un gran cambio en la profesional y orgullosa periodista deportiva.
Kehm se fue haciendo dura, no había otro camino en un mundo como el de la Fórmula 1, dominado por los hombres.
Cinco años transcurrieron para que sonara su teléfono, quien la llamaba era Willi Weber mánager de Schumacher. En ese momento, la experiodista del Süddeutsche Zeitung se convertía en miembro del clan del alemán.
Desde ese momento, Schumi empezó a confiar en ella, en su instinto y su experiencia. “Este es tu ámbito, de esto sabes más que yo, y si crees que debemos hacerlo así, entonces así lo haremos”, le dijo Sabine Kehm en el 2009 cuando pasó a ser su mánager.
Por eso, esta fuerte mujer y Schumacher decidieron ocultar las consecuencias del accidente de moto del piloto alemán. Recién cuando fracasó el retorno a Ferrari, quedó claro que no había sido un percance menor.
Tras tres temporadas poco exitosas y el consecuente retiro a fines de 2012, el interés por Schumacher se mantuvo y Kehm no dejó de tener trabajo, ya sea por nuevos patrocinadores que surgían o por negociaciones para prolongar acuerdos ya existentes.
Schumacher tenía previsto celebrar ayer, 3 de enero, en la estación de esquí de Méribel su cumpleaños número 45. Pero la realidad es otra, el alemán atraviesa el momento más difícil de su vida. Y afuera de la habitación del hospital está Kehm para poner la cara ante el mundo.