Sebastián Castella y Luis Bolívar, puerta grande en Cali

El torero francés Sebastián Castella se lleva a hombros con el granjero Ernesto Gutiérrez después de perdonar a un toro en la plaza de toros de Canaveralejo, durante la Feria de Cali, en Cali, Valle del Cauca, Colombia, 30 de diciembre de 2018. EFE

El torero francés Sebastián Castella se lleva a hombros con el granjero Ernesto Gutiérrez después de perdonar a un toro en la plaza de toros de Canaveralejo, durante la Feria de Cali, en Cali, Valle del Cauca, Colombia, 30 de diciembre de 2018. EFE

El torero francés Sebastián Castella se lleva a hombros con el ganadero Miguel Gutiérrez después de perdonar a un toro en la plaza de toros de Canaveralejo, durante la Feria de Cali, en Cali, Valle del Cauca, Colombia, 30 de diciembre de 2018. EFE

La gran tarde de toros que dio Sebastián Castella, el complemento de Luis Bolívar y una muy buena faena de Antonio Ferrera fueron el conjunto ideal para hacer frente a la muy buena corrida del hierro de Ernesto Gutiérrez en la penúltima de la Feria de Cali.

En tarde soleada, calurosa y con viento intermitente, del domingo 30 de diciembre, se lidió un encierro muy bien presentado de Ernesto Gutiérrez Arango, el hierro que dirige Miguel Gutiérrez. El corrido en segundo lugar, de nombre Boticario, N° 89 de 524 kilos fue indultado por el diestro francés, cuatro toros fueron aplaudidos en el arrastre.

La corrida registró una muy buenas entrada – tres cuartos de vista –.

Abrió plaza Antonio Ferrera en esta nueva faceta de arte, expresividad y tauromaquia particular lo recibió con un cambio por delante a una mano, verónicas a media alturas – para cuidar al toro – y delantales pintureros. Ferrera supo llevar la lidia de un toro que estuvo al límite pero que el diestro supo sostener en la muleta. Excelentes muletazos con la mano derecha, embebiendo al toro, cual si su muleta fuese un imán, y dos series de naturales de buen corte, con la muleta más retrasada para aprovechar la corta dimensión de la embestida con pulseo magistral. Dos medias estocadas, un pinchazo y una estocada entera dejaron lo que pudo haber sido la primera oreja en una fuerte ovación con saludo desde el tercio.

El segundo del torero español fue bien picado y banderilleado con lucimiento por Devia y Franco, donde el torero destacó en algunos pasajes con ambas manos de buen corte pero sin terminar de acoplarse con una res que tenía sus complejidades en la forma de embestir. Entera y tendida. Pitos y palmas al torero y palmas al toro en el arrastre.

Sebastián Castella saludó al segundo de la tarde por verónicas. El toro ‘Boticario’, N° 89 de 524 kilos de peso fue bien al caballo y recibió un puyazo medido. Lindo quite del diestro por chicuelinas que causaron entusiasmo. Muy buena lidia de Chiricuto y buen par de Fabio. La faena de muleta la empezó el francés con ayudados por alto, suaves, templados y danto confianza al toro. Excelente tanda con la mano izquierda, antes de engarzar los templados derechazos, primero en una serie corta y luego estirándose en lentos pases que arrancaron vibraciones desde los graderíos en dos tandas más de derechazos estupendos. Llegaron los naturales de manos bajas y temple exquisito de gran factura antes de pasar a otra serie por el pitón derecho con explosivo final cuando en los tendidos asomaban los primero pañuelos que reclamaban por el indulto. El toro ya quería ir hacia la querencia pero el diestro lo supo contener con circulares que despertaron el júbilo popular y consiguieron que el deseo de la gente se cumpliera. Indulto y dos orejas simbólicas.

En el quinto el torero de Herault, Beziérs, recibió por verónicas y Chiricuto brilló con los palos luego de un tercio de varas en el que Rafael Torres casi recibe un tumbo. La faena fue de temple, derechazos ante un toro que fue prendido a la muleta del torero, que dejó excelentes series de derechazos y dos de naturales, superiores, para volver a insistir con la mano derecha de buena forma. Mató de un pinchazo sin soltar, estocada tendida y trasera, oreja para el diestro y palmas en el arrastre al toro.

Luis Bolívar lanceó a la verónica con buen sentido, una buena lidia del Jeringa fue el paso previo a una faena donde la marca de los pases por la espalda ajustados dio argumento para una buena serie de derechazos en las que el toro remataba con la cara arriba. Dos series más donde Bolívar echó mano de su temple y experiencia entre los olés del público. Naturales con menos lucimiento por la embestida y adornos por molientes de rodillas y tres derechazos en esa postura, emotivos. Lasernistas y nuevos derechazos para rematar con manoletinas ceñidas. Pinchazo caído y oreja. Palmas al toro en el arrastre.

Otra oreja consiguió el diestro caleño (nacido en Ciudad de Panamá) al sexto, al que recibió con una larga cambiada, verónicas cocidas a chicuelinas y rematadas con una larga de rodillas en los medios entre el arrebato colectivo. Con un quite por cacerinas llevó a la res al caballo para que reciba un buen puyazo y luego se adornó con chicuelinas de conexión. Se colocó bien en cada serie que terminaba sin rematar al toro cuan largo podía al final de cada muletazo pero en una faena bien valorada por el público, con tres series de derechazos una al natural. Estocada tendida que derribó sin puntilla y oreja final con palmas en el arrastre al toro.

Al finalizar la corrida Castella y Bolívar salieron a hombros de la plaza.

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