Foto: www.josemariamanzanares.com
José Mari Manzanares es uno de los atractivos en la Feria de la Latacunga. Él respondió un cuestionario a EL COMERCIO, en donde resalta sus triunfos y también la entrega de este arte.
¿Qué supone volver al Ecuador, qué recuerdos tiene de Quito y su triunfo en la Plaza Belmonte?
Tengo recuerdos muy bonitos, sobre todo porque eran de los inicios de mi carrera y recuerdos aún más bonitos porque en alguno de mis viajes a Ecuador fui acompañado por mi padre, entonces mis sentimientos aquí son de mucho cariño.
En esta temporada ha tenido brillantes tardes, coméntenos un poco de esas.
Sevilla y la suma de 4 orejas, las corridas de Abril y el remate en San Miguel; la oreja de Madrid y la completa y magistral actuación en Zaragoza; Valladolid… Podemos mencionar Sanlúcar, Burgos, Segovia, Roquetas del Mar, Ciudad Real, Antequera o San Sebastián de los Reyes, muchos recuerdos y varios triunfos.
¿Cuáles fueron los momentos claves de su faena en Lima -que habla bien de su calidad- y de su triunfo con oreja?
Son algunas cosas que se aprenden con los años. Pasó en Lima y en otras ciudades. Por ejemplo, en Sevilla no tuve demasiada suerte a la hora de matar y pinché los toros tanto en la Feria de Abril como en la Feria de San Miguel.
Hubiera podido salir por la Puerta del Príncipe en las dos ferias, pero más allá de los resultados estadísticos he sentido sensaciones con las que me he encontrado todo el año delante de la cara del toro. He llegado a un punto de mi carrera en que tiene más valor lo que yo siento o cómo me encuentro en la plaza que cortar más o menos trofeos. El toreo debe ser un sentimiento mucho más que un resultado numérico.
La fiesta está en un punto crucial. ¿Cómo se cataloga en este momento de madurez profesional, cuajado, en figura, en la que hay varios compañeros y figuras más antiguos y los nuevos que vienen apretando?
Me encuentro ya con 15 años de alternativa y orgulloso de todo lo que he podido ir consiguiendo durante mi carrera. He logrado que el aficionado me conozca como torero y valore mi concepto y mi forma de sentir. Respecto de los nuevos matadores, es importante que salgan más y que consigan el interés necesario para que en un futuro pueda recaer en ellos todo el peso de la tauromaquia. Es lo más importante para que esta profesión siga adelante y para ello se necesitan toreros con personalidad, con capacidad de sacrificio y responsables.
¿Falta mucho para el techo del potencial de Manzanares?
Espero que sí, ya que cada invierno que pasa experimento nuevos sentimientos y sensaciones que hacen que mi toreo cambie. Mi búsqueda de la pureza y la perfección a la hora de interpretar el toreo es muy intensa y cada año aprendo algo más. A mí no me sirve dar pases y estar bien con un toro, lo que realmente me llena es que esos pases sean puros y lo más perfectos posible.
¿Qué siente llegar a Latacunga, una feria con una plaza pequeña pero que ha mantenido viva la llama de la afición y siempre con figuras en los carteles?
Gracias a esta feria se ha mantenido viva la llama del toreo aquí en Ecuador. Hay que agradecer mucho al empresario José Luis Cobo, por toda su entrega y sacrificio, porque gracias a él y a todos los aficionados se ha conseguido que la tauromaquia continúe.