No se conoce si en la ceremonia de Clausura de Tokio 2020 se escuche decir la tan esperada frase “los mejores Juegos de la historia”, porque faltó público en los escenarios. Mas, para el deporte ecuatoriano lo fueron: esperó 25 años para subir a lo más alto del podio y retornar a casa con dos medallas de oro y una de plata.
Con estos galardones, Ecuador culmina su participación histórica, tras nueve años de aplicación del Plan de Alto Rendimiento. Pero además confirma que cuenta con una base sólida de deportistas para los Juegos de París 2024.
El equipo nacional, antes de viajar a Tokio ya dejó algunos precedentes: el más numeroso por los 48 participantes (30 mujeres); clasificaciones inéditas en deportes nuevos como tiro con arco, pentatlón moderno, y también boxeo y BMX femeninos.
Richard Carapaz, con su medalla de oro en ciclismo de ruta, sorprendió a todos. El país se unió en una primera amanecida a mirar el despliegue físico y estratégico del ciclista de Tulcán, que agrandó su leyenda. Es el único ecuatoriano en ganar el Giro de Italia; ha formado parte de los podios finales en las Tres Grandes Vueltas del ciclismo mundial y ahora, se bañó con el oro olímpico.
Neisi Dajomes escribió sus propias páginas en la historia del deporte: campeona olímpica en pesas. Rompió paradigmas: demostró que es un deporte para mujeres. Su historia de valentía y entrega tuvo otras connotaciones: hija de refugiados colombianos, que encontró en Shell una casa.
Tamara Salazar alcanzó la medalla de plata, también en halterofilia (pesas).
Los tres medallistas responden a tres procesos diferentes. Carapaz, a un trabajo propio, con resultados individuales que le fueron abriendo camino en la élite mundial.
La Federación Ecuatoriana de Ciclismo deberá replantear su trabajo. Es inminente el cambio de Directorio, pero también es necesario clarificar el proceso eleccionario que se realizó de manera apresurada en junio, en el que varios clubes se quedaron al margen.
Neisi Dajomes y Tamara Salazar forman parte del Plan del Alto Rendimiento, un proyecto por el que han recibido recursos para sus entrenamientos, concentración y una retribución económica.
El levantamiento de pesas es el deporte de mejores resultados en Tokio, pues a estas dos medallas se suma el Diploma Olímpico de Angie Palacios.
Neisi Dajomes denunció trabas y falta de apoyo para su trabajo de parte de la dirigencia. Urge una solución interna. Este deporte se practica en todas las provincias, solo falta Galápagos. Detrás de estas ‘damas de hierro’ existen nuevas generaciones de talentos.
Las tres pesistas y el mismo Carapaz, desde ya conforman la base para la próxima edición de París 2024, así como una veintena de deportistas.
Alfredo Campo, ciclista de BMX, logró diploma olímpico, después de una caída que pudo arruinar su participación. Se levantó y estuvo muy cerca de ganar una medalla.
En la marcha hubo equipos completos en las tres distancias. Glenda Morejón, Karla Jaramillo, David Hurtado y Jhonatan Amores son atletas menores de 24 años, y llamados a continuar su proceso.
En el atletismo de velocidad, el equipo de relevo hizo historia al batir el récord nacional del 4×100 metros. Además, Anahí Suárez y Ángela Tenorio, con 20 y 24 años, deben ser parte de ese equipo París 2024.
Otros deportistas menores de 20 años y que sumaron experiencia son el nadador de aguas abiertas David Farinango, que logró el puesto 15; la luchadora Lucía Yépez, que se lesionó y no pudo pelear por el bronce, y la nadadora Ánika Delgado, quien alcanzó un nuevo récord nacional, juvenil y absoluto en 100 m libres.
Aún tienen mucho por dar la golfista Daniela Darquea, la surfista Dominic Barona, la ciclista de BMX Doménica Azuero, Jhonatan Narváez -gregario de Carapaz para la presea de oro- y el nadador Tomás Peribonio.
Este grupo de jóvenes estuvo respaldado por la experiencia de la triatlonista Elizabeth Bravo; los marchistas Paola Pérez y Andrés Chocho, y la nadadora de aguas abiertas Samantha Arévalo.
La gran lección la dejó Claudio Villanueva. Terminó su competencia de 50 km una hora después del ganador, pese a estar lesionado. Lo hizo en homenaje a su entrenador fallecido, Luis Chocho, y por su hijo.
En el caso del boxeo, otra vez los problemas internos influyeron en el rendimiento de los deportistas: la anterior Secretaría del Deporte intervino el directorio, que consiguió el reconocimiento internacional y así impedir que los pugilistas se entrenen en el exterior.
El retorno de Tokio de la delegación debe marcar el inicio del próximo ciclo olímpico, con mejores reglas para
los deportistas.