La marca alemana organizó jornadas de prueba de sus vehículos en la capital chilena
Cualquier sitio es bueno para ponerse al volante de un Porsche. Incluso los modelos deportivos están pensados para el uso cotidiano en ciudad y en carretera, para lo cual están equipados con múltiples elementos de confort.
Sin embargo, no hay mejor lugar que un autódromo para poner a prueba el potencial de esos vehículos y, a la vez, la propia capacidad de pilotaje. Esta oportunidad nos la brindaron Porsche Latin America y Álvarez Barba, su representante en Ecuador, cuando nos invitaron a participar en el Porsche World Roadshow (PWRS) 2016 que se realizó en Chile, hace pocos días.
Se trata de un evento de conducción anual que la marca alemana lleva a cabo en diferentes países, con el fin de acercar sus vehículos a los clientes, invitados especiales y representantes de la prensa.
La mejor parte es que para los test pone a disposición su gama actual de vehículos casi completa. De hecho, la única ausencia importante fue la del 718 Cayman (la variante cupé del 718 Boxster), que no pudo llegar al país a tiempo.
Más de 20 diferentes ejemplares de Porsche formaron parte del PWRS. Entre ellos se cuentan los 718 Boxster y Boxster S como principales novedades por ser los modelos más recientes; varias versiones del 911 como los Carrera 4S, Turbo S y Targa 4S, y también algunos Panamera, Cayenne y Macan.
Las diferentes variantes del 911 mostraron sus atributos en pista.
La intención era experimentar el desempeño de cada vehículo con sus cualidades particulares (potencia, configuración mecánica, etc.), establecer las respectivas comparaciones entre ellos y descubrir al mando de cuál, cada conductor se sentía más cómodo.
Pero también era una prueba de fiabilidad, pues los bólidos serían “exprimidos” por los periodistas durante toda esa jornada y por otros invitados durante las siguientes dos semanas.
La actividad se desarrolló en el autódromo Las Vizcachas, ubicado en el suroriente de Santiago, en condiciones controladas y bajo la supervisión de un grupo de pilotos certificados por Porsche.
Ese escenario fue dividido en tres secciones: la pista de casi 1,5 kilómetros de longitud, unas zonas asfaltadas en el interior para pruebas puntuales y una pequeña pista de 4×4, también construida en la parte interior del trazado, que serviría para evaluar las capacidades ‘off road’ del Cayenne.
Las cualidades dinámicas de los Porsche ‘familiares’ impresionaron.
40 periodistas, divididos en cuatro grupos de 10 integrantes, intercambiamos actividades a lo largo del día. La primera del grupo verde, al que fui asignado, consistía en un eslalon a la mayor velocidad y en el menor tiempo posible al volante del 718 Boxster.
Allí se ponían a prueba la aceleración, maniobrabilidad y capacidad de frenado del modelo, que en su versión actual reemplaza los tradicionales motores bóxer atmosféricos de seis cilindros y 2,5 litros por los nuevos turboalimentados de cuatro cilindros y 2,0 litros.
Lo siguiente era conocer el funcionamiento del sorprendente dispositivo denominado Launch Control en un 911 Turbo S. Consiste en un sistema electrónico que equipan las variantes más deportivas de Porsche, el cual sincroniza la respuesta del motor, los controles de tracción y estabilidad y la caja de cambios para ofrecer la máxima aceleración en el arranque.
Con el pie izquierdo en el freno y el derecho a fondo en el acelerador, el conductor espera a que el mensaje “Launch Control” aparezca en el panel de instrumentos. Cuando esto sucede, quita el pie del freno y, como si fuera un Fórmula 1, el auto se catapulta de 0 a 100 km/h en apenas 2,9 segundos y en menos de 70 metros. Al final de ese tramo se comprueba la enorme efectividad del sistema de frenos.
El flamante 718 Boxster fue la estrella de la presentación en Chile.
La segunda y tercera actividades eran las pruebas dinámicas de los Porsche de dos y cuatro puertas, con giros completos al trazado. Allí los primeros hicieron gala de su amplia tradición ‘racing’, mientras que los segundos demostraron que la deportividad es un concepto transversal en la marca alemana.
Se experimentó el comportamiento en pista de los modelos con motor delantero, trasero, central trasero y con tracción trasera y a las cuatro ruedas, además del eje trasero direccional, que es particularmente útil al tomar curvas cerradas a altas velocidades.
Finalmente, nos tocó probar las cualidades todoterreno del Cayenne. La prueba se inició con la explicación teórica sobre los principales dispositivos que el modelo equipa para ese fin, como son la suspensión regulable en 15 cm, los asistentes de descenso y arranque en pendiente, el sistema de bloqueo de los diferenciales y la capacidad de inclinación de casi 45 grados.
El Cayenne hizo gala de sus múltiples capacidades ‘off road’.
Al poner en práctica todo lo anterior en una pequeña pista creada para el efecto, los resultados fueron gratamente sorprendentes, y más aún si se toma en cuenta que muy pocos propietarios de un Cayenne deben conocer sus capacidades de circulación ‘off road’.
Con eventos como el PWRS, Porsche demuestra que si bien el ADN deportivo está presente en todos sus modelos y sus variantes, la gama actual es muy versátil y sus autos resultan prácticos, seguros y muy divertidos en el día a día.