En Sinchi Warmi se recupera las técnicas kichwas

La forma triangular de los techos permiten la evacuación óptimas de las frecuentes lluvias de la región.

La forma triangular de los techos permiten la evacuación óptimas de las frecuentes lluvias de la región.

Las cabañas poseen dos pisos. En el primero se socializa y, en el segundo, descansan los turistas. Fotos: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Los techos tejidos con paja toquilla caracterizan al Centro Turístico Sinchi Warmi, situado en Tena, Napo. Allí se da servicio de alimentación con platillos típicos y hospedaje en cabañas inspiradas en las construcciones ancestrales de la nacionalidad Kichwa.

“Solo el tejido de cada techo nos tomó cuatro meses”, cuenta orgullosa Betty Chimbo, una de las 15 socias del emprendimiento comunitario. Es que tras la edificación de las cabañas también hay un proceso de investigación y recuperación de técnicas constructivas ancestrales.

Antes de que la modernidad llegara a la Amazonía, los indígenas kichwas construían sus casas con maderos y paja toquilla. Hoy se hacen con cemento y maderos, por lo que la técnica de tejido empezó a olvidarse. “No recordábamos cómo hacerlo, los únicos que sabían eran los abuelos. Nos tocó volver a aprender el tejido para los techos, pero estábamos decidas”, dice Chimbo.

La forma triangular de los techos permiten la evacuación óptimas de las frecuentes lluvias de la región.

El centro está edificado sobre un terreno de unos 1 500 m², en la comunidad San Pedro, Misahuallí, a 15 minutos de Tena. El restaurante donde se sirve una variedad de platillos amazónicos estilizados, es la construcción más grande.

Tiene balcones hechos con maderos de bambú y caña guadúa, y no tiene muros cerrados, por lo que el ambiente es fresco y confortable. En el ‘hall’ hay un espacio para recibir a lo huéspedes y comensales, y también un pequeño museo-tienda, donde se exhiben artesanías kichwas.

En el segundo piso los turistas pueden descansar tras los recorridos por los senderos ecológicos del Centro Turístico, en hamacas y sillones.

Los lavabos, baños y otras zonas de aseo e higiene poseen equipamiento y accesorios reciclados.

Pero los sitios favoritos de los visitantes son las cómodas cabañas que llevan los nombres de animales endémicos de la selva. Hay cinco cabañas de dos plantas de corte ancestrales kichwa. La única diferencia es que están equipadas para hacerlas más cómodas.

Las ‘caballas’ no tienen muros, pero sus techos de forma triangular y lo distantes que están entre sí, garantizan la intimidad de los huéspedes. Hay capacidad para alojar a 40 personas y el hospedaje cuesta USD 15, con desayuno típico.

Un detalle adicional convirtió a Sinchi Warmi en el sitio ideal para una boda para quienes buscan un estilo original para su ceremonia religiosa. Una pequeña capilla construida con guadúa y bambú, se edificó recientemente en la parte posterior. Allí una imagen de la Virgen de Guadalupe, tallada por escultores de la comunidad, es el principal atractivo.

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