Parte del proyecto consistió en conservar los árboles de la zona. FOTOS: Sergio Gómez / Plataforma Arquitectura
Un proyecto que revitalizó el eje urbano de La Albarrada de Mompox, Colombia, se impuso en la III Bienal Latinoamericana de Arquitectura del Paisaje, impulsada por la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México.
Triunfó en la categoría Parques y Áreas Recreativas, en la que el proyecto ecuatoriano Plaza Huerto San Agustín, de Jaramillo Van Sluys Arquitectura + Urbanismo, estuvo entre los finalistas.
Con Revitalización de la Albarrada de Mompox, los arquitectos de OPUS, un espacio de conceptualización de ideas creativas y sostenibles, dieron vida a un espacio de 2,7 kilómetros con un área de 180 000 m², articulando variables ambientales, patrimoniales, sociales y culturales que caracterizan al lugar, en una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La calle de La Albarrada es tradicional en Mompox. La recorren turistas nacionales y extranjeros.
El proyecto, entregado en su totalidad en el 2014, se desarrolló a lo largo del frente de agua de Mompox, bordeando el costado occidental del río Magdalena.
“Su historia está ligada al río Magdalena, pero los cambios en las dinámicas comerciales y de la navegación fluvial hicieron que perdiera jerarquía como puerto”, contaron los promotores en una descripción enviada al portal Plataforma Arquitectura.
El mayor reto para los especialistas consistió en conservar la imagen de la ciudad histórica, introduciendo elementos para fortalecer las dinámicas existentes del espacio público en tres de sus plazas y su emblemático paseo de La Albarrada.
El mobiliario luce renovado. Los especialistas introdujeron nuevos materiales que conjugan con el entorno.
Una de las plazas es la de Santa Bárbara. Allí, el proyecto integró el espacio de la plaza al río. “La expresión ecléctica, abigarrada y delirante de la iglesia y su torre hace que el proyecto se defina como una superficie neutra, que toma el color de la arena y los sedimentos del río”.
Otra se llama San Francisco, donde se sobreponen el atrio frente a la iglesia, la plaza Sucre y un espacio duro cerca del río, pavimentado por una placa de concreto sobre un área ganada por procesos de sedimentación. Allí, el proyecto realza la vocación de esos tres componentes y articula como un único espacio diverso.
El atrio, como una extensión del templo, es un recinto conformado por edificaciones, árboles y reforzado por una plataforma que resuelve el conflicto de niveles.
La tercera plaza es La Concepción. El proyecto buscó recuperar su jerarquía como lugar fundacional, introduciendo nuevas dinámicas urbanas que “resignifiquen su valor desde el ámbito social y cultural, conformando un lugar agradable para estar, mientras se disfruta de la belleza del paisaje urbano”.
El plan de revitalización se elaboró en el 2009, mientras que en el 2011 se iniciaron las obras en la Plaza de La Concepción y la calle San Juan.