Las telas líquidas y metalizadas de la década de los 70 estuvieron presentes en la colección que Fadua presentó en el Runway de Quito. Foto: Patricio Terán / Chic!
La moda ecuatoriana presentó en el 2017 tendencias que demostraron estar conectadas con lo global, pero que también quieren pisar firme en lo local.
El anhelo de revivir los glamourosos 70 y 80 se vio en el regreso de los hombros voluminosos, en los vestidos y zapatos que materiales metalizados y en el uso de ‘glitter’, en el maquillaje, accesorios e indumentaria. Fadua y Parra y Parodi, y la marca colombiana que desfiló en el Designer Book de Quito, reinterpretaron estas décadas de lujo y sensualidad.
Las redes sociales se convirtieron en la calle virtual donde nacen y mueren tendencias. Las que se quedan son las más fotogénicas. Entre ellas está el ‘millenial pink’, un tono de rosado entre el quarzo, el salmón y el uva.
Este color se extendió porque tiene un efecto de paz y de calma, es decir, es placentero verlo, y porque la industria vive una transición hacia la moda sin género. Se busca que los colores y las formas dejen de ser relacionados solo con un género. Mamu, por ejemplo, es una marca ecuatoriana que hace ropa con estilo ‘tomboy’, para mujeres que no se apegan a la feminidad clásica.
Los aretes de borla y las bolsas de paja son otras tendencias que reinaron Instagram, de acuerdo al listado que publicó Long Tall Sally, un distribuidor de moda en Europa y Norte América.
Los diseñadores también mostraron su malestar con la política actual y su apoyo a causas como el feminismo y el cuidado del ambiente. El mexicano Jonathan Morales trajo al Runway de Quito una colección con la que celebró a México, después de los ataques de Trump, con frases como “Viva México” escritas en el rostro y en el cuerpo de los modelos.