Decidido: correré la maratón del 6 de febrero del 2022 de Miami así llueva, truene o relampaguee. Luego de superar un esguince de tobillo retomaré mi entrenamiento la semana que viene.
¿Esguince? Pues sí. Sucedió la semana pasada luego de salir del gimnasio, justo cuando le agarraba el gustito a las madrugadas. Pensé que me rompí el tobillo porque jamás había sentido tanto dolor: desde la punta de mis dedos hasta la rodilla. Y eso que yo soy experta en doblármelo, sobre todo, cuando corro en montaña. Al término de día necesité de una pastilla para calmar la molestia y evitar que se me hinche; nunca se hizo morado ni verde. ¡Tobillazo!
Bueno, volviendo al punto central de este blog, necesito de su ayuda para armar mi playlist. Estoy convencida que que después de admirar el paisaje requeriré de esa energía que inyecta la música: esa que entra a la vena, pasa por el corazón y se concentra en el cerebro.
Desde allí saldrán los ¡sí se puede! que animarán a mis piernas a cruzar la meta. ¡Qué nervios! Esa será mi primera maratón, así que disculparán cualquier exceso de emociones.
Antes de que empiecen a escribir sus sugerencias les adelanto -para que lo tomen en cuenta- que la música de José Luis Perales y Chayanne está vetada. Pero ¿Quién corre con esos temas? Parece chiste, pero es anécdota.
Hace unos seis años -aproximadamente- me animé a correr una prueba de 10 kilómetros cerca del Cotopaxi. El día anterior estaba emocionada y contando los minutos. A pocas horas de la carrera tuve un contratiempo con una persona muy querida; teníamos previsto correrla juntos, pero a última hora se bajó de la camioneta. Como gran cosa me dejó su celular.
Después de un kilómetro de reproches finalmente le di play a la carpeta de música. Sonó esto: “Si te he fallado, te pido perdón. De la única forma que sé, abriendo las puertas de mi corazón, para cuando decidas volver”. Adivinaron. La canción se llama Un siglo sin ti y es de Chayanne. ¡Qué espanto!
En lugar de avanzar quería sentarme a llorar (risas). Chayanne está bien para el karaoke, pero jamás para correr. Si a ustedes les funciona todo bien. También quise darme por vencida cuando tuve que saltar un obstáculo de madera mientras José Luis Perales me cantaba al oído Te quiero.
Hasta el momento tengo un par canciones de The Lovin’ Spoonful, la banda favorita de Haruki Murakami, el autor del libro -‘De qué hablo cuando hablo de correr‘- que les compartí la vez pasada. Es el escritor japonés que me motivó a retomar el trote y luego… ya conocen la historia: me apunté a la maratón.
Entonces, ¿me ayudan? Se supone que cruzaré la meta luego de 270 minutos. Eso significa que necesito alrededor de 80 temitas.
Los leo en pgavilanes@elcomercio.com