En el ecosistema emprendedor ecuatoriano las ‘start ups’ van consolidándose y ganando tracción. Esta semana acaba de presentarse un radar o mapa de estos emprendimientos de base tecnológica que operan en áreas como servicios financieros, salud, educación, comercio electrónico, seguros, entre otros.
El documento registra 199 ‘start ups’ en todo el país. Allí se encuentran empresas locales que se abren espacio en América Latina y Europa, pero también otras que van escalando o creciendo dentro del país.
El mismo reporte da cuenta de que el comercio electrónico es el campo en dónde más progresos se registran recientemente, pero también destaca las llamadas ‘fintech’ o empresas tecnológicas enfocadas en el mundo financiero.
Estos emprendimientos y su evolución dejan ver que el talento humano ecuatoriano en materia tecnológica es de primera. Allí están profesionales que tienen claras las tendencias del mundo en lo que tiene que ver con negocios digitales.
Además se advierte que las ‘start ups’ nacen con un ADN distinto en el que la internacionalización es el norte de su trabajo. En ese crecimiento hacia los mercados extranjeros Ecuador se ha convertido en una suerte de laboratorio, en las que las pruebas y los errores se van corrigiendo a tiempo.
Otra característica de las ‘start ups’ es la colaboración que realizan profesionales de distintas áreas. Por ejemplo es común ver que un ingeniero de sistemas trabaje con un médico para desarrollar una aplicación móvil en telemedicina. O que un grupo de programadores sean la base de una empresa inmobiliaria.
Este crecimiento de los emprendimientos de base tecnológica no es ajeno a la emergencia sanitaria que atraviesa el Ecuador. Por eso se cuentan varios casos de ‘start ups’ que ya desarrollaron productos para solucionar problemas de los ecuatorianos en materia de salud, educación, logística, etc.
Las ‘start ups’ son otro ejemplo de que en Ecuador, en medio de todo, existe potencial.