Todo comienza con una frazada o una toalla: la ‘víctima’ es cubierta con una tela y, en seguida, se recitan algunas palabras ‘mágicas’ o balbuceos que siempre varían.

Todo comienza con una frazada o una toalla: la ‘víctima’ es cubierta con una tela y, en seguida, se recitan algunas palabras ‘mágicas’ o balbuceos que siempre varían.

Las principales víctimas de esta broma viral de ‘invisibilidad’ son los hermanos menores

Todo comienza con una frazada o una toalla: la ‘víctima’ es cubierta con una tela y, en seguida, se recitan algunas palabras ‘mágicas’ o balbuceos que siempre varían. Foto: Captura

Cuando eras pequeño, seguro que alguna vez soñaste con una capa de invisibilidad como la que sale en ‘Harry Potter. Imaginabas que podrías meterte a tiendas y sacar dulces o un PlayStation sin que nadie se diera cuenta, o que te colarías en la sala de profesores para cambiar las calificaciones del registro de notas.

Pero, al parecer, cuando los niños finalmente ‘consiguen’ este poder, en la mayoría de los casos su reacción no es para nada positiva. Más bien se preocupan y se desesperan porque no saben cómo podrían regresar a la normalidad.

De esto se trata la broma viral que se está tomando las redes sociales durante las últimas semanas: de ver su reacción cuando son invisibles. Por lo general, son los hermanos mayores o los padres de los niños quienes la llevan a cabo.

Todo comienza con una frazada o una toalla: la ‘víctima’ es cubierta con una tela y, en seguida, se recitan algunas palabras ‘mágicas’ o balbuceos que siempre varían. Una vez que la tela es retirada, todos los presentes deben reaccionar con voces de asombro; mientras mejor sea la actuación, más creerán los niños la broma.

La inocentada mejora mucho más cuando uno de los autores de la broma se toma una fotografía con la ‘víctima’. Los cómplices toman la foto con un teléfono, pero el truco aquí es que la imagen fue sacada antes, pero esto los niños no lo saben.

Después, las reacciones varían dependiendo el niño, pero en buena parte de los casos, se puede notar cómo comienzan a entrar en pánico. A veces lloran o a veces solo se desesperan por unos minutos, todo depende también de las reacciones de quienes presencian la broma; los niños se contagian de las emociones que sus mayores expresan. Si solo se ríen, los infantes lo toman con gracia; si comienzan a llorar y mostrarse preocupados, los niños harán lo mismo.

A veces, las ‘víctimas’ de esta broma también pueden ser adultos. Pero eso significa que en algunos casos los bromistas podrían salir heridos a ‘chancletazos’ o cachetadas.