Xavier Solórzano: ‘La vacuna contra el covid ahora es la prevención’

Xavier Solórzano, viceministro de Salud. Foto: cortesía MSP

Xavier Solórzano, viceministro de Salud. Foto: cortesía MSP

Xavier Solórzano, viceministro de Salud. Foto: cortesía MSP

Entrevista a Xavier Solórzano, viceministro de Salud

En Europa se habla de una segunda ola de contagios, ¿Ecuador en qué fase de la pandemia está?

Las epidemias se caracterizan por brotes, períodos de descenso, mesetas, en las que hay relativa calma. Esa es su historia natural. Analizando la incidencia del SARS-CoV-2 en el país y los aprendizajes de Europa, allá se produjo un brote importante porque se relajaron demasiado. Acá y en el mundo el virus sigue circulando. Es muy contagioso, no hay que cometer errores.

En el país ya sobrepasamos los 170 000 contagios. ¿En algún momento los 17 millones de ecuatorianos se infectarán?

No. De lo que se trata es de no contagiarse. Es un virus del que conocemos muy poco, llevamos menos de un año con él en el país. Nos ha dado muchas sorpresas, con jóvenes aparentemente sanos que han muerto y personas de edad avanzada, con dificultades de salud, que han sobrevivido. Su comportamiento no es homogéneo en todos, depende del sistema inmunológico. Lo mejor es no correr riesgos, no contraer la enfermedad, pese a la tendencia en algunos países de dejar que los jóvenes se contagien, para ir a la inmunidad de rebaño. No es lo ideal, eso genera presión sobre los sistemas de salud.

Las fiestas de Quito se celebran los primeros días de diciembre y luego vienen Navidad y Año Nuevo. ¿Les preocupan sus efectos en el aumento de casos?

Sí. El gran desafío en esta pandemia es cambiar la conducta de las personas. No es nada agradable usar mascarilla; además somos de una cultura afectiva, del abrazo, del beso, de tocarnos. Sin embargo, por encima de eso están la salud y la vida. Hay que ser conscientes, con más razón los jóvenes, pues son asintomáticos y diseminan el virus.

¿Pero la ciudadanía es consciente de eso?

El virus no se mueve solo sino con las personas infectadas. En mayo y junio analizamos cómo la gente contagiada no mantenía el aislamiento. Seis de cada 10 salieron, se movieron a 25 kilómetros de sus casas, siete horas al día, tres días a la semana. La responsabilidad es de todos, no es del Ministerio ni de los médicos.

Los municipios prohibieron la venta de alcohol. ¿Esa medida ayuda?

Si analizamos el efecto de esa medida, vemos que no impide la compra de alcohol, solo fomenta la venta ilegal.

¿Entonces qué medida se debería implementar?

Los 17 millones de ecuatorianos vemos la realidad desde distintos ángulos. Solo debemos entender que hay una pandemia en curso, que no ha pasado, que se quedará por más tiempo. Un descuido, como llevarnos las manos a la cara luego de haber tocado una superficie, podría causar un contagio y la muerte. Es tan simple y a la vez tan complejo que ese cambio de conducta ocurra, que la gente deje de reunirse, que los jóvenes paren de celebrar, de ingerir alcohol.

Guayaquil es el ejemplo de lo que no se debe repetir, han dicho ustedes. ¿Qué opina de la alerta prendida por esa Alcaldía?

Sería una necedad no haber aprendido la lección de Guayaquil. Allá la pandemia nos tomó por sorpresa, no se la dimensionó, hubo un brote explosivo, con días en los cuales se recogieron más de 700 cadáveres. Ahora hay más de 170 000 casos. Quito tiene la tercera parte y nunca vivió algo catastrófico, identificamos temprano los casos. Hace unos meses tomamos medidas severas en 12 parroquias, restringiendo movilidad.

¿Apoyan las restricciones en Guayaquil?

Hay que hacer una reflexión seria y profunda, no es cuestión de asustarse o de asustar al resto. Lo central es cómo aprendemos a comportarnos en medio de esta pandemia, ya que por mucho tiempo se quedará. Lo que hacemos como individuos afecta al grupo. Es sentido común. Guayaquil iba con tendencia a la baja, pero estamos cosechando el comportamiento del feriado del 9 de octubre. Y lo que hicieron el feriado pasado lo cosecharemos al final de este mes. El meollo ahora es elevar el nivel de conciencia ciudadano.

¿Hay que aprender a convivir con la pandemia, cuidarse y evitar volver a más restricciones?

Tal como van las cosas, lo más probable es que el covid-19 se convierta en una enfermedad endémica, persistirá por mucho tiempo y será estacional como la influenza. Veamos qué efecto tendrá la vacuna, nadie sabe, por más bola de cristal no hay certezas. Falta la fase cuatro, aplicación masiva, con seguimiento riguroso de efectos adversos, para saber cuánto durará la inmunidad, quizá solo reducirá la severidad de los síntomas. Así que la herramienta poderosa, la vacuna, es la decisión individual de comportarse de manera preventiva.

¿Se mantiene la emergencia, solo se debe salir lo estrictamente necesario, mantener el teletrabajo y el teleestudio?

Hay proyectos pilotos de reapertura de escuelas, no se pueden abrir todas de la noche a la mañana. La emergencia sigue, el virus circula, pero, como no lo vemos, no sentimos la amenaza. Nos despreocupamos y la única vacuna ahora es la prevención, cuidarse.

Hoja de vida. Especializado en salud pública internacional, con énfasis en gestión, planificación y políticas de salud. Fue nombrado Viceministro de Gobernanza y Vigilancia de la Salud, desde abril de este año.

Pensamiento. Hay que aprender a tener una movilidad inteligente, evitando estar en sitios cerrados, sin ventilación, por mucho tiempo. Nadie quiere cargar el peso emocional de la pérdida de un ser querido por irresponsabilidad o por un momento de placer.

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