El Camino Interoceánico es de vital importancia. Conecta a Cumbayá, Tumbaco, Pifo, Puembo, etc., barrios periférico de Quito, y es paso obligado a la región nororiental del país. Es más importante con motivo del próximo funcionamiento del nuevo aeropuerto internacional ubicado en Tababela y, más aún, si se considera que es la única arteria de acceso, ya que el proyecto de autopista directa está en veremos.
Cuando el Municipio Metropolitano construyó el túnel Guayasamín, se dijo que se complementaría con una avenida paralela, que se construiría a base de plataformas, similares a las que se utilizan para la ampliación de la carretera Alóag-Santo Domingo de los Colorados. Ya han transcurrido algunos años y el proyecto reposa en los apacibles archivos municipales.
Así mismo, cuando se contrató el mejoramiento del tramo Tumbaco-Pifo, que es de seis carriles y de óptima calidad, se anunció que, dada la magnitud de los desbanques y la dificultad para ampliar los accesos al vetusto puente del Chiche, se eliminaría esa herradura y se haría una variante y un nuevo puente más ancho. Otro buen propósito nonato.
Ante las dificultades que surgieron para la construcción de la autopista al aeropuerto se dijo que la Municipalidad tiene listo, como medida emergente, un programa para e l mejoramiento de la Interoceánica, que incluye varios puentes. Hasta ahora no se ha dado un paso. ¿Qué se espera?
Es urgente que, por lo menos, se dé el mantenimiento necesario a la carpeta asfáltica de esa avenida, que ha comenzado a deteriorarse por el intenso tránsito, que se estima en 25 000 vehículos diarios. La situación se agravará por las lluvias que ya se vislumbran.
Un acertado axioma señala que una vía es tan ancha como es u parte más angosta y, en vista de que es muy compleja la ampliación de algunos tramos de esa autopista, tales como el comprendido entre el puente de la avenida Simón Bolívar y Cumbayá, porque tendrían que efectuarse costosas expropiaciones y voluminosos desbanques, se ha sugerido como alternativa que se implante un sistema, novedoso en nuestro medio pero que se aplica con éxito en otros países para, por lo menos, amainar la congestión vehicular: que se construyan amplios puestos de estacionamiento de vehículos en sectores estratégicos, desde los cuales se movilicen los usuarios en transporte colectivo. Quienes insistan en entrar con sus autos a la ciudad tendrían que pagar un peaje elevado.
Este sistema daría mejor resultado que el ‘pico y placa’, ya que, dada la viveza criolla, haría lo que se hace en países cercanos, donde se venden públicamente placas con el número que se requiera.