Vecinos de la Loma Grande rechazaron, por segunda ocasión, proyecto de reubicación temporal de trabajadoras sexuales

Los dirigentes de la Loma Grande protagonizaron el segundo plantón en contra de la reubicación de trabajadoras sexuales en el viejo Hotel Guayaquil. Foto: Betty Beltrán

Los dirigentes de la Loma Grande protagonizaron el segundo plantón en contra de la reubicación de trabajadoras sexuales en el viejo Hotel Guayaquil. Foto: Betty Beltrán

Los vecinos de la Loma Grande protestaron frente al Municipio de Quito, en la Venezuela, entre Chile y Espejo. Foto: Betty Beltrán / EL COMERCIO

Poco a poco, los moradores de La Loma Grande llegaron al arco de Santo Domingo. Su objetivo: protestar por segunda ocasión ante la posibilidad de una reubicación temporal de las trabajadoras sexuales del Centro Histórico, en el exhotel Guayaquil, localizado entre las calles Maldonado y Paredes. La primera concentración en contra de la idea fue el 30 de noviembre.

A las 08:30 de hoy, martes 8 de diciembre del 2015, los vecinos se dirigieron al lugar del conflicto. Con el grupo de 60 vecinos también caminaba Joffre Echeverría, administrador de la Zona Centro.

Justo en las puertas de color verde, cerradas con gruesos y oxidados candados, se detuvieron. Al grito de: "La Loma unida, jamás será vencida", los ciudadanos hicieron sentir su unidad.

El Administrador se dirigió a ellos. Les dijo que "se buscan alternativas a través de la construcción del diálogo. La idea es encontrar una reubicación definitiva fuera del Centro".
Y continuó: "Los vecinos deben ser los guardianes de cualquier decisión que se lleve a cabo. Para decidir la reubicación es necesario sentarse a conversar".

Tras esa frase los moradores, con carteles en las manos, respondieron al unísono: "No hay que conversar nada de nada".
Echeverría reiteró que "aún no se ha tomado una decisión, hay que guardar la calma. Es necesario el diálogo".

Los dirigentes de la Loma Grande protagonizaron el segundo plantón en contra de la reubicación de trabajadoras sexuales en el viejo Hotel Guayaquil. Foto: Betty Beltrán / EL COMERCIO

Pero los gritos de los vecinos se multiplicaron y no permitieron que el Administrador siguiera con sus explicaciones. "Si entran las trabajadoras sexuales, luego quién las saca". "La Ordenanza 678 prohíbe poner burdeles en el Centro". "Paremos el tránsito". Esos gritos se escuchaban una y otra vez.

Uno de los dirigentes del Comité Central intervino. Y pidió respeto para el funcionario municipal, quien volvió a tomar la palabra. "El diálogo es la solución. Las mujeres trabajadores sexuales, aunque sean minoría, también se merecen un sitio de trabajo y respeto".

"Que todas se vayan a La Cantera, ya les dieron un lugar en ese sitio, qué molestan en el Centro", agregó a gritos Martha Espinoza, vecina de La Loma, desde hace 28 años.

"Todo es cuento, decir que solo (las trabajadoras sexuales) estarán seis meses porque nunca cumple el Municipio; no solo son las trabajadoras sexuales, tras ellas vendrán graves problemas", comentó Beatriz Luna, habitante de la Loma, desde hace 60 años.

A las 09:12 llegó Nelly Hernández, presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales de Santo Domingo. Iracunda señaló que "se brindó mala información a la gente, al decir que a este lugar (exhotel Guayaquil) vendrían todas las trabajadoras del Centro, cuando en realidad solo sería para 48 mujeres de Santo Domingo". Los gritos de los vecinos se hicieron más fuertes. "Rechazamos todo", reiteraban.

Hernández no se calló e indicó que "el Administrador Zonal fue el de la idea (reubicación en el ex hotel Guayaquil). ¿Por qué miente a una y a otra parte? Nadie tiene el derecho de ser discriminado. No podemos estar enfrentados. El Municipio debe darnos una solución, no enfrentarnos", puntualizó.

"Que se vayan a La Cantera". "Vamos a la Alcaldía", gritaron, por su lado, los vecinos, luego comenzaron a caminar hacia el Municipio. Allí querían dejar un manifiesto con las firmas de respaldo.

El jueves 10, indicó Marco Rubio, presidente de la Loma, la Administración Zonal Centro deberá entregarles un documento que indique que "dejan de lado la posibilidad de que las trabajadoras asexuales ingresen en el viejo hotel Guayaquil". Aún así, alertó, estarán atentos.

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