Autos estacionados en la noche fuera de los bares en distintos sectores de Quito. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
El uso de las calzadas y las aceras para estacionar vehículos es recurrente en el Distrito Metropolitano. La reducción de las multas, aprobada en marzo pasado, por este concepto, no ha frenado esta práctica, sobre todo en el área comercial y en las zonas de diversión.
Según cifras de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), en abril y mayo del año pasado, se sancionó a 12 802 y, en este, en ese período se sancionó a 10 461; lo que no evidencia un descenso significativo.
En la actualidad, luego de la reforma de marzo, la multa para esta infracción es de USD 34; antes era de USD 170, el 50% del salario básico unificado.
El uso de parterres, las ciclovías y las veredas como estacionamiento es común en sectores como la avenida Isabel La Católica, González Suárez, Eloy Alfaro y De los Shyris.
Las horas pico de afluencia de personas van de 12:00 a 15:00 y de 19:00 a 00:00. En estos sectores funcionan alrededor de 60 locales. Hay restaurantes, discotecas, karaokes. No todos tienen estacionamientos.
En la av. Isabel La Católica, de los cerca de 20 locales, tres disponen de parqueaderos propios.
En total son 12 plazas, que resultan insuficientes. El aforo en cada uno es de 70 personas.
Los usuarios del restaurante Lo Nuestro, que no tiene estacionamiento, optan por usar los espacios de la zona azul. Por la mañana su uso está determinado por las normas de este sistema: 0,40 dólares por cada hora o fracción. Sin embargo, en la noche no se aplica: no hay regulaciones.
Para Kléver Orbe, administrador de este negocio de comida típica ecuatoriana, la falta de espacios para los automóviles de los conductores es compleja. “Hay clientes que se van, por la falta de estos sitios”.
Las personas acostumbran a preguntar si hay parqueadero, antes de pedir el menú. Ante la negativa, van en busca de otro lugar que tenga este servicio.
Sin embargo, Orbe no tiene entre sus planes hacer reformas en la construcción para implementar un estacionamiento. La casa donde funciona el local es antigua y no cuenta con un espacio. Además, los arriendos son altos. Se paga entre USD 3 000 y 4 000.
Ante esto los clientes recurren también a la zona asignada para los ciclistas, parterres, costados de las vías y aceras.
Silvia Guerra, moradora, indicó que esta situación hace que la zona sea intransitable. “Las vías están saturadas”.
Por ejemplo, en esta avenida hay dos carriles en cada sentido. En un tramo, en sentido sur-norte funciona la ciclovía y, en el otro, norte-sur, la zona azul.
En otro punto de la ciudad, en la av. González Suárez, sucede algo parecido. Entre la Francisco de Orellana y Rafael León Larrea (una cuadra) hay 10 sitios de diversión.
Las personas que visitan esta zona usan los parterres para estacionarse. Nathaly Cárdenas, usuaria, comentó que esta práctica se ha vuelto común, sobre todo los fines de semana. Por ejemplo en este espacio, un viernes por la noche se colocan hasta 20 carros. Esto dificulta la circulación vehicular.
En la av. Eloy Alfaro también funcionan alrededor de 15 locales. Cuando estos se llenan, las calles resultan estrechas por tanto vehículo estacionado.
Wilson Escobar, dueño del bar Cadillac, contó que cada fin de semana sus clientes reciben multas por parte de los agentes de tránsito. En promedio son siete infracciones por mal estacionados. “Se deben buscar soluciones”.
En la Ordenanza 3457, en el artículo 231, se establece que los propietarios de negocios deben tener espacios asignados para los vehículos de los clientes. Las plazas disponibles dependerá del aforo del local. La normativa aplica para los comercios que tienen capacidad para 50 personas en adelante.
Sin embargo, peatones, conductores, comerciantes y expertos aseguran que debe haber mayor control por parte de las autoridades municipales.
Pese a que las ordenanzas 247 (que regula el uso del espacio público) y la 3457 (que establece normas urbanísticas) están vigentes en la realidad el espacio público no se respeta.
Nelson Corellas, de la AMT, señaló que se realizan controles a diario. Se trabaja con 20 agentes de tránsito en las zonas de entretenimiento.
Mauricio Moreno, experto en el tema de construcciones, explicó que se requiere más control en los negocios. Según Quito Turismo, desde el 2010 esto ha aumentado en 20%. En ese año se registraron 2 179 negocios. En el 2012 se contabilizaron 3 500 y en el 2013 se registraron 4 500.