Las insignias de las organizaciones delictivas fueron borradas por los agentes que incursionaron a los barrios donde operan esas bandas. Las marcas son un mensaje para advertir que ellos dominan en la zona, por la venta de droga a pequeña escala. Pero también son una base de operaciones desde donde se planifican los ataques contra otros miembros del crimen organizado.
En el este de Santo Domingo, una zona que comprende de 10 circuitos o barrios de la capital de la provincia tsáchila, los desconocidos salen y entran armados y con bultos sospechosos en motos y carros con vidrios oscuros. Ese territorio, que también tiene la influencia directa de la cárcel Bellavista, por su cercanía, es el más violento en la ciudad.
Dos bandas delictivas se lo disputan de forma permanente y es el epicentro del conflicto que mantiene en zozobra a Santo Domingo de los Tsáchilas, que se ubica como la quinta provincia con la tasa de homicidios más alta del país, con 26 asesinatos por cada 100 000 habitantes, según datos de la Policía Nacional.
La cifra supera a la tasa nacional que es de 20, hasta el 24 de octubre de este año. Incluso los dos principales distritos de Santo Domingo (este/oeste) se ubican entre la decena de más conflictivos a escala nacional, según esas cifras.
Alta incidencia
El repunte de muertes violentas es preocupante al observar la evolución de los homicidios de los últimos cuatro años. Entre 2019 y 2020 se incrementaron en 9%; de 2020 a 2021 subieron al 75% y de 2021 hasta septiembre de 2022 se elevaron al 145%. A las 103 muertes sucedidas en los nueve meses de este año hay que sumarles otras 21 hasta el 24 de octubre.
Los indicadores fueron revisados por las autoridades del Comité de Operaciones de Emergencia (COE), que hace una semana resolvió pedir al Gobierno que se declare el estado de excepción.
La respuesta del régimen fue enviar a su ministro del Interior, Juan Zapata, quien arribó el último jueves a esta provincia donde ofreció reforzar la seguridad.
Zapata oficializó la incorporación de 53 nuevos policías y anunció que se implementarán escuadrones de control en vías. También entregó nueve camionetas y 14 motocicletas, cedidos por el Municipio de Santo Domingo.
No hubo muertes
El Ministro resaltó que las acciones emprendidas permitieron que no haya muertes violentas en los últimos 10 días anteriores a su visita. Es decir, que después del 18 de octubre hubo una tregua en la violencia, que sucedía en medio de una causa muy marcada entre todos los homicidios: la venganza.
Esta representa el 49% de todas las causas que motivaron los homicidios de este año, de acuerdo con informes de la Policía.
Aunque los hechos aún no están claros, el asesinato del padre de un concejal alterno, que fue victimado por sicarios el 18 de octubre, se indaga de forma preliminar como una venganza.
Este crimen contra el también dirigente deportivo conmocionó en la provincia, que ya venía asediada por otros delitos como las extorsiones, atracos a negocios…
En la reunión del COE provincial, las autoridades reconocieron que todo tuvo su origen tras el conflicto en la cárcel Bellavista, que dejó 57 reos muertos en las reyertas de mayo y julio pasado.
El jefe de la Subzona de la Policía, Joffre García, dijo en la cita de autoridades: “Desde la cárcel se maneja por control remoto gran parte de la actividad delictiva en el país”. Él pidió que haya un mayor control dentro de los presidios, para que disminuya el índice delictivo en las calles.
Acciones
Hasta el viernes 28 de octubre de 2022, continuaron los controles en sitios como Santa Martha, Plan de Vivienda, Cristo Vive y El Proletariado, que pertenecen al distrito este de la urbe de la capital tsáchila.
Los agentes llegan con tarros de pintura de color blanco y los rocían en las paredes donde están las marcas de las bandas delictivas.
Las causas de los homicidios han tenido dos momentos en Santo Domingo de los Tsáchilas. El primero estuvo relacionado con la violencia interpersonal, que se mantuvo como la principal motivación entre 2019 y 2020, con las amenazas y riñas.
Luego fue el microtráfico y las amenazas, que se han mantenido al alza hasta septiembre de 2022. Las sucedidas este año tienen una relación directa con la violencia criminal, que representaron el 70% de todas las muertes violentas de este año, según la Policía.
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