Llamadas amenazantes, fotos y videos recibieron los familiares de un migrante ecuatoriano que desapareció entre la frontera de Estados Unidos y México.
Las personas que los contactaban decían que lo tenían en su poder y exigían el pago inmediato de USD 15 000. Actualmente, continúa desaparecido.
Su hermana conversó desde Estados Unidos con este Diario y contó que ella migró en 2005 a ese país por la difícil situación económica de entonces.
Su hermano, quien trabajaba en la agricultura en la comunidad de Dan-dan, en Santa Isabel (Azuay) le pidió ayuda para viajar este año.
“Me dijo que todo estaba difícil. Él no quería migrar, pero ya no tenía para mantener a sus cuatro hijos”, indicó la mujer. Él se dedicaba a cultivar cebollas y tomates. Últimamente, también hacía carbón. El hombre pidió un préstamo para costear la travesía con un coyotero. El 25 de julio abordó un avión en Guayaquil rumbo a Panamá. Ahí realizó una escala para ir a Cancún, en México. Una vez en ese país se dirigió a Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.
Ese mismo día trató de pasar a Texas, pero la patrulla fronteriza lo detuvo junto con otros migrantes y los envío de nuevo al país azteca. Al siguiente día se comunicó con su hermana y dijo que iba a hacer un segundo intento. Habló con su familiar el 27 de julio pasado y dijo que los coyoteros lo habían “castigado” y le habían impedido ir con el resto. “Me están pidiendo harta cantidad de dinero, se portan muy mal”, le había escrito a su hermana.
Al mediodía, el coyotero la llamó. Ella le pidió que ya lo envíe a EE.UU. Él le ofreció hacerlo esa misma noche. Cerca de las 18:00, la mujer recibió una llamada del traficante de migrantes. “Le tengo una mala noticia, su hermano se escapó”, le dijo.
La pesadilla inició la mañana siguiente, cuando recibió una llamada. “Tenemos a tu hermano, deposita USD 15 000”. Luego escuchó la voz de su familiar. Ella se desesperó.
Los secuestradores le dijeron que le iban a poner en contacto con el “jefe”. Al otro lado de la línea escuchó una voz con mucho ruido, similar a las comunicaciones que se tienen con radios de juguetes. “Yo no escuchaba bien. Me dijo que iba a empezar a recibir los deditos, las orejas. Yo les pedí que no le hagan nada”.
Luego, todo empeoró. Desde el perfil de una red social de su hermano recibió una fotografía en la que se lo observaba atado de pies y manos y vendado los ojos. En un video se observa a una persona con un cuchillo en el rostro de su familiar. Otra persona que graba lo patea. Ambos le exigen que su hermana pague rápido por el rescate. La mujer pidió dinero prestado y depositó en distintas cuentas USD 11 000.
Después, todo fue silencio. Nadie respondió sus mensajes. Hoy, la mujer pide ayuda a los gobiernos de Ecuador y México para que se encuentre a su hermano. “Sé que nos aferramos a un milagro”. Ella indicó que ya puso en conocimiento este caso en Cancillería. Cree que los coyoteros tienen relación con este secuestro.
En Ecuador, las cuatro hijas del compatriota preguntan por él. Además, existe una deuda de USD 17 500.