Pedro Restrepo, padre de los menores Andrés y Santiago, desaparecidos el 8 de enero de 1988, pide que se aclare el tema de la supuesta agresión que sufrió Juan T., uno de los testigos del caso.
El hombre que aseguró haber visto a los jóvenes en las instalaciones donde funcionó el Servicio de Investigación Criminal (SIC) fue atacado en las afueras de su vivienda el 19 de enero, en Quito, según un documento presentado en la Fiscalía el 24 de enero por la asambleísta Betty Amores (Alianza País).
“Fue agredido por tres personas que con gritos y agresiones físicas identificaban el ataque como represalia a la declaración rendida en la Fiscalía por la desaparición de los hermanos Restrepo”, reza el documento.
“Los agresores querían amputarle la lengua con arma blanca por ‘hablador’. Varios vecinos con palos impidieron que se consumara un delito más grave en contra del referido testigo; sin embargo, fue agredido”.
Frente a ese hecho, la legisladora solicitó a la Fiscalía General que el testigo sea protegido por las autoridades “por cuanto se encuentra en proceso de investigación la responsabilidad de miembros y ex miembros de la Policía Nacional”.
Para Pedro Restrepo, ese hecho debe ser comprobado por las autoridades. “Hay que comprobar esa agresión. Veamos si existe algún parte médico o si hay una foto de la agresión. Tenemos una experiencia con lo que le pasó al testigo clave del caso, Hugo España, quien jamás fue protegido y fue agredido”.
Amores señala que el testigo se presentó a la Fiscalía para rendir su versión del hecho, pero “con la seguridad de ser incluido en el Programa de Víctimas y Testigos ”. Sin embargo, “se presentó cinco veces al despacho del fiscal Jorge Cano (encargado del caso), quien, a pesar de conocer sobre las amenazas, no receptó la versión con celeridad y peor aún disponer la inclusión de este en el Programa de Víctimas”.