Paulo Rodríguez, presidente del Consejo de la Judicatura Transitorio (CJT), no descarta una moratoria en la reestructuración de la Función Judicial. En una entrevista para Radio Quito, realizada la mañana de ayer, el funcionario, delegado del Ejecutivo para el Consejo, mencionó que por qué no considerar una moratoria de un par de semanas “en donde empiece a verse la gestión y después se vuelva a conversar sobre el tema”.
En la creación del Consejo de la Judicatura, conformado también por Tania Arias y Fernando Yávar, se cuestionó el plazo que estos tenían para cambiar los procedimientos del sistema de Justicia. Son 18 meses en los que deberán ejecutar las líneas de acción de su plan de trabajo, que fue presentado el pasado martes.
Allí se considerarán seis ejes estratégicos: talento humano, modelo de gestión, infraestructura civil, gestión financiera equitativa, mejor tecnología y cooperación. Los puntos en los que más se enfatizó fue en el mejoramiento del talento humano, con salarios por méritos, acceder a una mejor infraestructura y a una adecuada tecnología.
Sin embargo, están pendientes las creaciones de nuevas judicaturas y el nombramiento de nuevos jueces, conjueces y ayudantes que despachen las 1 200 000 causas que se encuentran represadas en los juzgados a escala nacional.
Por lo que dentro de la presentación del plan de trabajo, sus miembros aseguraron que si bien es difícil el cambio, estos se verán una vez que se inicien las actividades de reestructuración. La evaluación de los funcionarios judiciales será su primer paso. “Todo proceso toma su tiempo, solo esperamos recibir la colaboración de todos y que se sumen a esta causa que es en beneficio de todos los ciudadanos”, manifestó Arias .
Rodríguez también señaló que dentro de la separación de los 162 funcionarios no se vio nombres. “Muchos de ellos tenían la capacidad de permanecer, pero fue una decisión del Consejo sin mirar a quien”.
En la entrevista indicó que está a puertas el llamamiento para los jueces de la Corte Nacional, como una de las primeras actividades. “Será un concurso público transparente y con veedurías para que nadie dude de la calidad del proceso”. No tiene que verse solamente el currículum -finalizó Rodríguez- el papel aguanta todo. “Tienen que ser profesionales que verdaderamente tengan vocación”.