Cerca de 5 000 disturbios se registraron durante los 18 días de movilizaciones en todo el país. Cada uno de esos eventos ha sido analizado por miembros de Inteligencia de la Policía y de las Fuerzas Armadas.
Estas dos unidades fueron las encargadas de entregar información todos los días al presidente Guillermo Lasso y a los ministros del sector de seguridad, para la toma de decisiones.
A través de informes confidenciales, el Gobierno siguió el pulso del avance de las manifestaciones y de los grupos que se conformaron para dirigir las protestas.
De hecho, parte de esa información revela que los disturbios más violentos se centraron en 11 de las 24 provincias (46% del territorio).
Análisis de estrategias
De allí que los investigadores monitorearon las estrategias que se utilizaron en cada parte del país y descubrieron que al menos ocho grupos con formación ideológica y entrenamiento guerrillero participaron. EL COMERCIO pudo entrevistar a altos oficiales de Inteligencia de la Policía y revelaron que entre esas amenazas estarían personas ligadas a la organización Guevarista. Este grupo, según informes oficiales, tiene sus principales ramificaciones en Pichincha, Imbabura y Sucumbíos.
Las investigaciones señalan que son cerca de 60 personas que habrían tenido una formación en el departamento colombiano del Putumayo. Por su violencia, ellos son considerados por la Policía como guerrillas urbanas.
En esta sección también estaría un grupo denominado Mariateguista. Ellos serían los coordinadores e impulsadores del ejército indígena. Los datos policiales señalan que habría cerca de 1 000 personas asociadas a esta agrupación. Sus frentes más radicales estarían en la Amazonía. Especialmente, en Morona Santiago y Pastaza. Precisamente, a este grupo se le adjudica el ataque al convoy militar que dejó un uniformado fallecido y otros siete heridos. Los informes de Inteligencia refieren que esta agrupación tiene armas como carabinas, escopetas y pistolas. También estaría vinculada con el incendio del cuartel policial de Puyo, en Pastaza.
Un grupo que se fortaleció
Mario Pazmiño, exdirector de Inteligencia, cree que se han reforzado desde hace más de 10 años. Incluso, dice que en la paralización de 2019 también estuvieron presentes y en este 2022 se evidenciaron los avances que han tenido en estrategias insurgentes.
Una de las más utilizadas en estas protestas sería la del ‘black bloq’, que se centra en atacar violentamente a la Policía y los militares. De allí que en los 18 días de manifestaciones más de 230 uniformados resultaron heridos. También 37 agentes fueron secuestrados y 10 UPC terminaron destruidas.
Según se informó, una de las estrategias que usan es vestirse de colores oscuros y taparse los rostros. Uno de los escenarios en donde actuaron fue en las inmediaciones de la Fiscalía, la Contraloría y el parque El Arbolito.
Además, se distribuyeron para atacar las llantas de los vehículos y las casas de gente que defendía al Gobierno Nacional.
Otra maniobra que utilizaron es conocida como ‘guerra molecular disipada’ y consiste en crear varios focos de agitación social. Para la Policía esos puntos fueron Cutuglagua, Calderón, Pomasqui y Ruta Viva. Según las investigaciones, en estos puntos se abastecían de armas y descansaban.
Una tercera estrategia fue el bloqueo de las vías. En estos actos, la Policía identificó la presencia de una agrupación conocida como El Tren de Aragua. Pazmiño ha estudiado este grupo y dice que es una megabanda venezolana altamente violenta, que salió de las cárceles de Caracas y cuya misión fue contaminar la migración.
De acuerdo con sus datos, en Ecuador tienen una célula de al menos 20 personas que se dedican al secuestro, asaltos y extorsiones.
Por otro lado, la Policía informa que en estas manifestaciones se levantaron datos de estos actos y que en su mayoría se centraron en las provincias de Pichincha y la Amazonía. En estas dos provincias actuaría el resto de las organizaciones detectadas por Inteligencia, de acuerdo con los informes.
Denuncias
El ministro de Defensa, Luis Lara, señaló que detrás de las manifestaciones estaría el financiamiento del narcotráfico y del crimen organizado.
La Policía también denunció que entre los manifestantes estarían personas que tuvieron formación en Colombia, Venezuela y Brasil.
Una de las agrupaciones que está siendo investigada son los comités revolucionarios. Según los informes de Inteligencia, estos individuos son afines a partidos políticos.
La Conaie también denunció la presencia de infiltrados en las protestas. Incluso, en ruedas de prensa pidieron a sus filas que no cometieran actos delictivos.