Un solo laboratorio de ADN atiende pedidos de 142 juzgados del país

En el laboratorio de Quito. Los usuarios esperan desde la mañana para que les realicen exámenes de ADN para reconocer a los niños. Fotos: Eduardo Terán: EL COMERCIO

Para protegerse del frío de la mañana, la mujer de 21 años se arrimó a una pared y se cobijó. Esperó dos horas hasta que se abra el laboratorio de ADN de la Fiscalía de Pichincha (9 de Octubre y av. Patria, en el norte de Quito).
Llegó a las 06:00 desde Manta, pero la fila ya era larga y no consiguió uno de los 15 turnos que a diario se entregan allí. A esa hora, Diana se ubicó detrás de una decena de personas que también habían madrugado. Con ella estaba su bebé agripada de cuatro meses.
Ese martes, los tiques se terminaron a las 08:20 y unas 20 personas se quedaron sin atención.
El sistema judicial tiene un solo laboratorio de ADN en el país y precisamente es el que opera en la capital. Hasta esas oficinas, en donde trabajan cinco analistas genéticos, llegan pedidos de 142 juzgados de la Niñez del país.
Uno de los trámites más frecuentes son las pruebas de paternidad: representa el 82% de todos los análisis que se han presentado en lo que va del 2012. El 18% restante son análisis forenses que sirven para determinar la participación de alguna persona en delitos.
Diana B. contó que de Manta salió la noche anterior y viajó en un bus que lo tomó a las 23:00 en la terminal de esa ciudad. La acompañó su madre, quien le ayuda a costear el juicio de paternidad que planteó en julio ante el juez II de la Niñez de su ciudad. Desde entonces han pasado cinco meses y aún no se emite una sentencia.
En lo que va del 2012, el laboratorio ha analizado 3 362 casos. En el 2011 fueron 3 208 y en el primer año de creación, en el 2010, se presentaron 523 casos.
Cada caso representa al menos tres análisis, pues se estudian los lazos biológicos entre un niño, la madre y el padre, aclaró Ángel Guevara, coordinador del laboratorio.
Verónica M. de 22 años, tuvo mayor suerte. Logró el primer turno del día. A las 03:00 envolvió a su bebé de 3 meses en cuatro cobijas y tomó un taxi desde el sector de El Beaterio, en el sur de Quito.
USD 10 le costó llegar a Fiscalía de Pichincha. Todavía no salía el sol cuando se sentó a esperar cinco horas en la planta baja del edificio para obtener un turno.
Hace un mes, Moreira demandó al padre de su hijo para que le dé el apellido al niño y una pensión de alimentos.
La joven dijo que el caso está en la unidad de Familia, Niñez y Adolescencia, en Quito. A las 09:00, sin haber desayunado, Moreira fue la primera en ingresar al laboratorio.
Sin embargo, los resultados del examen de paternidad estarán recién en febrero o marzo del próximo año. Además, la mujer deberá esperar la convocatoria a una audiencia en la que el juez dicte la sentencia. Mientras, sin un trabajo, subsiste gracias a la ayuda económica que recibe de su madre.
Usuarios de otras ciudades, sin atención El día avanza. A las 11:30, personas de Otavalo, Quevedo, Puyo y otras ciudades del país llegan al tercer piso de la Fiscalía, en donde funciona el laboratorio.
Allí, un policía les comunica que pese a la orden judicial que tienen en las manos y en la que se señala que el examen debe realizarse a las 11:00 y 11:30 no podrán ser atendidos, porque se terminaron los turnos de esa fecha.
Ahora, lo que debe hacer Luis B., de 34 años, es regresar a Quevedo, presentarse al juez que conoce su caso y pedirle que fije otro día y hora para la prueba. Con Diana H., de 29 años, sucedió algo similar.
Sin turno, la mujer tomó a su hijo de 10 años y partió hacia Otavalo.
Su demanda está abierta desde mayo en el juzgado IV de la Niñez de esa ciudad. “Eso de que la justicia cambió ha sido solamente en los edificios”, dijo molesta por haber perdido un día de trabajo y porque tuvo que dejar solos a sus otros dos niños de 9 y 6 años.
Guevara, coordinador del Laboratorio, reconoce que hay una sobredemanda de las pruebas que se realizan de forma gratuita en convenio con el Ministerio de Salud.
“Desde junio del 2010, cuando se iniciaron con los estudios de paternidad, la demanda ha ido creciendo terriblemente”, dijo.
Datos de la Fiscalía advierten que entre el 2010 y el 2012 el incremento de estos estudios ha sido de siete veces más, es decir de 523 a 3 362 casos.
El trabajo de la Judicatura está en su tramo final
A cinco semanas de que termine la gestión del Consejo de la Judicatura de Transición, el programa de reforma judicial no ha implementado un mecanismo para que las oficinas judiciales ordenen pruebas de ADN a través de un sistema de turnos y que estos no se repitan.
Tania Arias, vocal de la Judicatura, señaló que el tema del laboratorio no era de competencia del Consejo de Transición, sino de la Fiscalía. Pero dijo que analizarán mecanismos para colaborar.
Lo que sí hizo la Judicatura en este año fue enviar una carta, el 21 de agosto, a todas las jueces de la Niñez del país para informarles que en este laboratorio se dan 15 turnos a escala nacional y que atiende de 08:00 a 17:00.
Guevara aseguró que la Fiscalía planificaba implementar un programa de turnos por Internet a partir del próximo año.
Los cinco analistas genéticos que trabajan allí son también peritos.
Uno o dos días por semana se ausentan de su puesto de trabajo para ir hasta cualquier tribunal del país y declarar en un juicio. A pesar de estos problemas en la atención, Guevara dijo que sí se trabaja por mejorar el tiempo de espera de los resultados genéticos, que actualmente es de dos meses.
Lo que dice la ley
El Código Orgánico de la Función Judicial, vigente desde el 2009, señala que el Consejo de la Judicatura debe considerar como prioridad administrar justicia especializada tanto de Niñez y Adolescencia como de Violencia contra la Mujer y la Familia.
En los centros privados de genética, una prueba de ADN para perfil genético de paternidad cuesta hasta USD 400. Estos exámenes son considerados com el sustento principal para declarar una paternidad.
La cifra
3 362 exámenes de ADN se han realizado en lo que va del año. En el 2010 fueron 523.